"Cuando el presidente de la Comisión Europea tome asiento junto con alguno de sus camaradas para almorzar en la Casa Blanca, su anfitrión será el vicepresidente Joe Biden" —escribe Simon Tisdall en The Guardian—, "si parece una ofensa, es porque lo es". La falta de interés (o el desprecio) que muestra Barack Obama hacia sus aliados europeos es motivo de preocupación en el Viejo Continente, asegura el diario británico. Y la responsable sería la propia Europa, según el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
En un estudio publicado el 2 de noviembre, el centro de reflexión británico estima que Europa, la gran sumisa, debe dejar de idolatrar la relación transatlántica, proclamar la llegada de la era post estadounidense y deshacerse de los viejos mitos. Al contrario que Estados Unidos, que ha abandonado la doctrina de la guerra fría, "los Estados europeos se aferran a su creencia en la hegemonía estadounidense, lo que los lleva a mostrar un servilismo exagerado con respecto a Washington" asegura el Spiegel-Online. Resultado: "En su diligencia por halagar a los estadounidenses se implican en empresas que no sirven obligatoriamente a los intereses de Europa, como la guerra de Afganistán". Desde el punto de vista estadounidense, este comportamiento se asemeja al de "niños pequeños que tratan de llamar la atención", añade la versión online del semanario alemán.
Tu me huyes, yo te sigo
No faltan pruebas de que el corazón de Barack Obama está en otro lugar: a Gordon Brown se le negó un encuentro en privado. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, también mostró su frustración. "En lugar de una alianza cordial y de admiración mutua, se encontró ante preguntas embarazosas sobre el número de soldados en Afganistán, la "turcofobia" y el arsenal nuclear francés", señala Simon Tisdall. En Europa del Este todavía no han digerido que Barack Obama abandonase el proyecto del escudo antimisiles, cosa que anunció por teléfono. Con respecto a asuntos como Afganistán, Oriente Próximo y Rusia, Europa invirtió mucho dinero y envió a la flor y nata de su personal, pero a menudo acabó siendo "ignorada, marginada e intencionadamente dividida" por Estados Unidos, indica el Spiegel-Online.
¿Y cuál es la reacción de los europeos? "Frente a tales rechazos los europeos reaccionan previsiblemente. Adulan al presidente con más determinación si cabe", añade con indignación el Spiegel-Online. En lugar de adoptar posiciones comunes, "los europeos se pasan sus visitas a Washington intentando eclipsar al resto de europeos". Sin una política común, Europa seguirá sin suscitar interés, juzgan los periódicos, seguirá pareciéndose, tal y como expresa The Guardian, a "un empollón asocial con acné que está colado por la reina del baile".