"Mientras los periódicos extranjeros van llenos de fotografías de estudiantes griegos en protesta –un pasatiempo anual más que una respuesta a una crisis concreta– el ministro de Finanzas griego, George Papaconstantinou, y sus colegas recién elegidos del PASOK (centro-izquierda) están más preocupados por una serie de problemas a la vez más mundanos y más graves", observa The Daily Telegraph: "la evasión fiscal, la deuda nacional y el agujero de las pensiones han llevado al país al borde de la quiebra". "El gobierno de Georges Papandreou subió al poder con la esperanza de que el déficit público no debía superar el 6% del PIB," añade el periódico londinense, "lo que le permitió hacer campaña con la promesa de reactivar el gasto público para apoyar la recuperación. Pero una vez al mando de la situación, ha descubierto que sus predecesores del centro-derecha habían manipulado las cuentas y que el déficit alcanzaba el 12,7% del PIB". He aquí por qué, concluye el Daily Telegraph, "hay quien habla de Grecia como el próximo Dubai. "
"Después de lo de Dubai, se teme a los PIGS" (cerdos, en inglés), titula precisamente el periódico Les Echos, que subraya que Grecia no es el único país que inquieta a los mercados financieros. "El acrónimo deliberadamente peyorativo que se atribuye en los mercados anglosajones al conjunto formado por Portugal, Irlanda, Grecia y España ("Spain", en inglés), se ha hecho famoso desde hace varias semanas en la prensa británica y en los mercados", escribe el periódico francés, que se interroga "sobre el impacto que podría tener un posible agravamiento de la situación de los PIGS sobre el conjunto de la zona euro", dado que no cabe plantear que estos países abandonen la moneda única.
El " banco Europa " en un callejón sin salida
"La crisis de la deuda griega no supone una crisis para el euro", tercia The Guardian, para el que se trata más bien de "una crisis para los políticos de la eurozona y para el Banco Central Europeo (BCE). Nadie sabe realmente lo que ocurre cuando un Estado miembro atraviesa una grave crisis de endeudamiento. Irlanda ha tomado conciencia del peligro y ha adoptado medidas radicales de austeridad. El mercado de las obligaciones confía —por el momento— en la perspectiva de un aumento de los impuestos y de recortes en los gastos públicos. Grecia en cambio no parece dispuesta a tomar el camino de la austeridad". Der Spiegel recuerda en este mismo contexto que la desconfianza hacia Grecia es grande entre sus socios europeos, sobre todo porque Atenas se ha distinguido repetidamente en el pasado por las mentiras en relación con las finanzas, y sólo ha respetado una vez el pacto de estabilidad desde su adhesión al euro, en 2006".
El semanario alemán observa que los ministros de finanzas europeos están en estado de alerta frente a la crisis griega, pero añade que carecen de instrumentos para responder a ella: "Bruselas tiene las manos atadas. En principio, no debe dar dinero a un Estado miembro para cubrir los agujeros en su presupuesto, e incluso si tuviera la posibilidad de saltarse esta prohibición las consecuencias serían fatales: la imprudencia presupuestaria de países como España, Italia e Irlanda se propagaría por todo el continente. El mensaje sería claro: ¿de qué sirve ser virtuoso si otros van a pagar la factura al final? A esto se suma el riesgo de un efecto dominó: si cae un miembro del Euro, los especuladores pondrán a prueba la estabilidad de otros candidatos y la unión monetaria podría romperse". Der Spiegel cita a un banquero londinense que repite una máxima muy conocida en el mundo de los negocios: "Si alguien tiene 1.000 euros de deudas, tiene un problema. Pero si alguien tiene 10 millones de euros en deudas, el problema lo tiene su banco. En este caso, el banco es Europa."
DESDE GRECIA
Tras el revés, hay que levantarse y rápido
Grecia se enfrenta a “un tenso pulso con los mercados internacionales —observa Ta Nea—. Ahora, se la compara con Argentina (que estuvo al borde de la quiebra en 2001), lo que supone una nueva bofetada para la nación”, analiza el diario. “Por un lado, el ministro de Economía deberá restablecer la credibilidad del país en el ámbito internacional y, por otro, convencer a los griegos de que la subida de impuestos redundará en beneficio de todos”. En To Ethnos, puede leerse el titular “Turbulencias a causa de un sinfín de descensos” en referencia a las calificaciones negativas que se suceden por parte de las agencias de calificación crediticia. En su editorial, el diario de centro-derecha recuerda que la de ahora es “una carrera por la credibilidad y, sobre todo, contrarreloj. El nuevo gobierno socialista, en el poder desde hace dos meses, tendrá que actuar con celeridad porque Bruselas exige reformas inmediatas y no habrá demasiado tiempo para el diálogo nacional”. La prensa griega subraya que el ministro de Economía deberá adoptar medidas drásticas a la mayor brevedad, algo que, sin lugar a dudas, suscitará el descontento de la opinión pública.