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Hans-Günter Laimer, con pantalón verde y camisa de cuadros, es lo que se llama aquí en la Baja Baviera, "un hombre de verdad, una persona auténtica". Mientras se baja del tractor, nos recibe con un jovial "¡hola!" y nos abre la tienda de su explotación agrícola, que regenta su mujer. Aquí todos son productos locales y biológicos. Cuando Laimer organiza una jornada de puertas abiertas en su granja, hay un grupo de músicos tocando la flauta, un cuentacuentos y un mercadillo para los niños.
Un auténtico paraíso biológico, aunque Laimer no tiene nada de militante ecologista. Es miembro del consejo de la asociación Midgard, que publica la revista Umwelt&Aktiv, una pequeña publicación aparentemente dedicada a la agricultura biológica, en la que se tratan temas como las conservas de cerezas y las guarderías infantiles. Pero también trata sobre el Yule [la fiesta pagana de invierno celebrada por los pueblos germánicos] y sobre las ventajas de la política agrícola del NPD [el Partido Nacional Democrático alemán, neonazi], que comercializa la revista en Internet. El mismo Laimer presentó su candidatura en las elecciones locales bajo los colores de este partido.
"Nuestro objetivo es concienciar a las personas sobre los problemas de la protección de los animales, la protección del medio ambiente y la protección de la patria", se puede leer en la página de inicio de la revista. La Dirección de Seguridad del Territorio considera esta revista "una publicación de propaganda oculta del NPD". Laimer niega cualquier participación en la revista. Se queja de que el sector biológico esté dominado en su mayoría por la izquierda. "¿En qué se diferencian mis pepinillos de los que produce un Verde?"
De la protección de la naturaleza a la de la patria
La protección medioambiental no ha sido nunca un aspecto reservado a los Verdes. Este movimiento nació en el siglo XIX como reacción a la industrialización. También fue un tema central de la ideología nazi, que hizo que se adoptaran dos leyes para la protección de los animales y del medio ambiente en 1933 y en 1935. La protección de la naturaleza y de la patria, así como la de la ideología de la sangre y el suelo, se encuentran en el núcleo del discurso nacional-socialista. "En casi todos los ámbitos, la ideología nazi sirvió de base al movimiento de protección del medio ambiente”, explica Nils Franke, historiador y autor de un ensayo titulado Naturschutz gegen Rechtsextremismus [Protección medioambiental contra el extremismo de derecha], cuyo fin es luchar contra la infiltración en el movimiento de la extrema derecha.
Ante el interés que suscitan las cuestiones medioambientales en Alemania, el NPD adoptó esta temática, explica Franke. Revestida de colores verdes, la ideología nazi se adentra así en la sociedad. Un nuevo movimiento de "retroceso" ha surgido entre Rostock y Schwerin, en Mecklemburgo y Pomerania Occidental: las familias quieren vivir "en el respecto de los animales y las tradiciones".
"Las temáticas ecológicas son cada vez más importantes en los discursos de extrema derecha”, explica un representante del centro regional para la cultura democrática en Roggentin. “Su objetivo es que la gente ya no asocie el NPD a un movimiento político, sino a un grupo que tiende puentes hacia la vida de los ciudadanos". Entre los partidarios de este movimiento, un vecino nos habla de hombres vestidos con cazadoras de aviadores y botas que recorren la región, encienden antorchas y entonan cánticos folclóricos. También nos cuenta que un responsable de seguridad interior viene con asiduidad a verle, para tomarse un café y preguntarle sobre las novedades del lugar.
Los “bio-marrones” en las asociaciones de agricultores
Gudrun Heinrich, politóloga en la Universidad de Rostock, publicó a principios de año un libro titulado Braune Ökologie [Ecología Marrón] en asociación con la fundación Heinrich Böll. "El NPD está estrechamente vinculado a las asociaciones y se implanta automáticamente en las zonas agrícolas", explica.
Huwald Fröhlich y Helmut Ernst, proveedores de productos agrícolas ecológicos, también se han instalado en Mecklemburgo-Pomerania Occidental. En su publicación Opposition für Deutschland [Oponerse por Alemania], Fröhlich afirma que el humanismo y el internacionalismo son "valores que van en contra de la naturaleza" y aboga por una vuelta a las virtudes regionales y nórdicas de autonomía. Ernst y Fröhlich son miembros de Biopark, una de las mayores asociaciones de agricultores biológicos en Alemania. Biopark posee su propia cadena de establecimientos y suministra a los de la marca Edeka.
Hasta 2011, la asociación no descubrió que agricultores "bio-marrones" como Ernst, Fröhlich y otros muchos se encontraban entre sus miembros, explica la presidenta Delia Micklich. Por un lado, comenta, "no apruebo en absoluto la ideología de estas personas y entendería que algunos consumidores decidieran dejar de comprar los productos de Biopark". Por otro, el NPD se encuentra actualmente representado en los parlamentos regionales [en Mecklemburgo-Pomerania Occidental y en Sajonia] y legalmente no puede hacer nada mientras sus explotaciones estén gestionadas correctamente. "Nuestra asociación no puede avalar las opiniones públicas, lo único que hacemos es certificar los métodos de producción agrícola", explica. "Mientras el partido no esté prohibido, no podremos hacer nada contra estas personas".
