Cuando los agentes de la Garda [policía] y de aduanas llevaron a cabo una importante redada de presuntos contrabandistas de tabaco el pasado noviembre se encontraron algo que no esperaban. En lugar de las habituales grandes cajas de cigarros, como importaciones falsas o cigarros producidos legalmente pero cuyos aranceles aduaneros no se habían pagado, las autoridades encontraron pruebas de un entramado muy sofisticado. El registro de un camión estacionado en un jardín cerca de Carrickmacross, en el Condado de Monaghan, lugar conocido por ser el centro del contrabando, se saldó con suficiente tabaco, papel de cigarrillos, filtros y envases para 12 millones de cigarrillos.
"Todo esto se habría convertido en paquetes de cigarrillos en una planta de procesamiento clandestina en algún lugar de la frontera", comentaba una fuente fiable. El botín, valorado en 5 millones de euros y cuyo origen se localizó en un puerto danés, se introdujo en la República de Irlanda a través de un ferry de vehículos. Los agentes aduaneros comprobaron la carga del contenedor con un escáner de rayos X, que revelaron que lo que contenía el remolque de 13 metros de longitud no eran los productos de papelería que se mencionaban en los documentos de envío. Se interrogó al conductor del camión, que luego fue liberado. No se encontró ninguna prueba para identificar a la banda fronteriza que se encontraba tras el cargamento. Se requisó un cargamento masivo en la calle, pero no se produjeron detenciones. Es un patrón habitual en el próspero y creciente tráfico de tabaco, que costó al erario público 400 millones de euros el pasado año en concepto de impuestos y aranceles aduaneros no pagados.
Un sector controlado por antiguos miembros del IRA
Los agentes de la Garda afirman que durante el conflicto de Irlanda del Norte, el contrabando y el comercio de tabaco falsificado lo dominaba el IRA Provisional. Los beneficios del comercio, así como los del contrabando y el blanqueo del comercio de diesel, principalmente se destinaban al "movimiento". "En pleno apogeo del conflicto, no sólo estaban financiando una campaña terrorista aquí y en Gran Bretaña, sino que tenían que encontrar dinero para cuidar de sus gentes, de las familias de los prisioneros, etc.", comentaba una fuente de la Garda. Los agentes que conocen el mercado afirman que desde el desarme, muchos antiguos miembros del IRA que habían organizado el contrabando del tabaco y los delincuentes con los que habían trabajado siguen dominando el mercado, en este caso únicamente con fines lucrativos personales.
Una demanda en alza
Los antiguos miembros del IRA, los miembros actuales del IRA Auténtico y "delincuentes normales y corrientes", han creado una impresionante red de contactos internacionales, desde Estados Unidos a Europa del Este y Extremo Oriente, de los que obtienen los ingentes cargamentos de cigarrillos. Por ejemplo, los 120 millones de cigarrillos, valorados en 50 millones de euros, incautados en el puerto de Greenore en el Condado de Louth el pasado octubre, procedían de Filipinas.
Algunas personalidades de las bandas han sufrido las consecuencias de la recesión, principalmente debido al descenso de demanda de cocaína de los consumidores recreacionales, por lo que han comenzado a traficar con cigarrillos, aunque la diversificación aún se encuentra en sus fases iniciales. Fuentes de la Garda afirman que las bandas y los traficantes tradicionales que deseen sacar grandes beneficios tendrían que importar y vender un flujo constante de cigarrillos. Tal y como comentaba una de estas fuentes, "Un paquete de 20 cigarrillos que se vende a alrededor de 4 euros en la calle, se puede comprar a través de una fuente extranjera por unos 50 céntimos". "Pero en Sudamérica se puede obtener un kilo de cocaína por unos 800 euros si se compra a granel. Cuando llega a Irlanda vale 70.000 euros. No se saca tanto beneficio con los cigarrillos". Sin embargo, un agente de la Garda aporta un interesante punto de vista: "Con la recesión, la gente que acude a locales nocturnos y a fiestas y que consumen cocaína sin duda no tienen el mismo poder adquisitivo que antes. Esto ha afectado en gran medida al tráfico de drogas. Pero ocurre todo lo contrario con los cigarrillos. El precio del tabaco del mercado negro es la mitad del que se vende legalmente en establecimientos, por lo que en esta época de recesión, la demanda va a ser enorme".