Mientras en Alemania aumenta el número de casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, presentados por la televisión alemana ARD, Austria y Holanda destapan nuevos escándalos de “pederastia eclesial” que “ponen en jaque a la Iglesia católica”, informan Gloria Torrijosy Laura Lucchinien El País. Una fundación protestante para niños autistas alemana, un colegio salesiano, varios internados en Holanda y dos instituciones religiosas austriacas son los escenarios de estas supuestas prácticas pedófilas, algunas de las cuales tuvieron lugar hace cuarenta años.
Las reacciones se suceden y la ministra de justicia alemana Sabine Leutheusser ha reclamado a los obispos indemnizaciones para las víctimas “aunque la injusticia padecida no puede ser recompensada”. Mientras, “aluviones de denuncias” han obligado a pronunciarse a Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, que salió ayer en defensa de las conferencias episcopales de Alemania, Austria y Holanda precisando que estos escándalos hay que afrontarlos con “puntualidad y precisión” y que no sólo se producen en el ámbito de la Iglesia.
Reacciones
La Iglesia vacila entre la sanción y la negación
Ante la multiplicación de los escándalos que la implican, la Iglesia se ha visto en la necesidad de reaccionar. Le Figaro afirmaque “la ley del silencio que imperaba en la gestión del problema de los sacerdotes pederastas ha sido abolida y sustituida por políticas de ‘tolerancia cero’”. No obstante siguen pesando sospechas sobre el Vaticano, al que se acusa de subestimar el fenómeno y de obstaculizar las investigaciones —en 2001, el futuro papa Benedicto XVI pidió a los obispos que los casos de pederastia “sólo fueran tratados en Roma en el seno de la Congregación para la Doctrina de la Fe” que él mismo dirigía—. Según el periódico italiano Libero, “el cardenal Claudio Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero, admitió en 2009 que los casos demostrados de pederastia entre los sacerdotes alcanzan una media del 5%”. Unas conclusiones corroboradas por la conferencia de obispos americanos, así como por diversos estudios que indican una tasa de incidencia entre los religiosos cien veces superior a la media de la población.