Consciente del "desastroso modelo de desarrollo urbano" de la capital griega, el primer ministro Giorgos Papandreu buscó una solución junto al aquitecto Josep Acebillo tras la victoria socialista en las elecciones. Sin embargo "el durísimo ajuste fiscal exigido por los líderes europeos para evitar una suspensión de pagos sobre la deuda griega" ha frenado toda esperanza de reformar Atenas, tal y como explica Andy Robinson en La Vanguardia. Problemas como los incendios forestales en el extraradio o la degradación del centro de la ciudad convierten a Atenas en "una mancha de hormigón blanco entre montañas quemadas". Sin embargo, Yanis Pyrgiotis, del equipo público de planificación urbana, señala que este reto puede "ecuperar el espíritu cívico que apareció efímeramente durante los juegos del 2004" si se logra encontrar "una fórmula transparente de cooperación entre lo público y lo privado".
Las intervenciones sin dinero a modo de "acupuntura" urbana son la solución para esta ciudad condenada a una larga crisis de presupuesto e iniciativas como el Museo Bernaki, del arquitecto Andreas Kourkoulas, parecen ser la solución más factible a los problemas de Atenas. Sin embargo, "la lucha contra el automóvil" y la creación de espacios públicos y "jardines lineales" son las necesidades más urgentes de la capital helénica.