Report Rumanía
El presidente apartado del cargo, Traian Basescu, en un mitin en Bucarest el pasado 26 de julio.

A favor o en contra del “dictador Basescu”

El 29 de julio, los rumanos están llamados a las urnas para confirmar o rechazar por referéndum la suspensión del presidente que el Parlamento aprobó a comienzos de julio. La campaña ha sido virulenta tanto en los dos bandos políticos como en la prensa, tal y como demuestran estos dos editoriales opuestos de Jurnalul National y Adevarul.

Published on 27 July 2012 at 16:05
El presidente apartado del cargo, Traian Basescu, en un mitin en Bucarest el pasado 26 de julio.

Destituyamos al digno heredero de Ceaucescu

El binomio maldito se llama Ceaucescu-Basescu. Un verdadero puente en el tiempo, con dos rostros en los extremos, el dictador comunista y el autócrata neo-comunista. Tan dañino uno como otro. Los dos dispuestos a burlarse de su pueblo e incluso de sus colaboradores cercanos. ¡Y los dos beneficiándose extrañamente de los favores de Europa Occidental!

En 1946, cuando los comunistas ganaron las elecciones legislativas, idearon una operación que tuvo un éxito relativo: se esforzaron para intimidar a la gente e impedirles votar. Traian Basescu, con su partido (el Partido Democrático Liberal, PDL), actúa hoy del mismo modo.

No existe un gesto más antidemocrático que instar a su propio electorado a no votar. Y hoy, el equipo de Basescu es culpable no sólo de tomar la decisión de no participar en la votación, sino también del intento de bloquear el derecho a expresarse de los que deseen hacerlo [porque el referéndum únicamente será válido si la mitad de los 18 millones de electores participan en el mismo]. La primera acción es profundamente antidemocrática y ya debería haber sido condenada por nuestros socios euroatlánticos.

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Otro aspecto similar entre ellos es la tendencia a establecer una equivalencia entre la persona del “conducator” y el Estado en sí mismo. Al primero le gustaba que le confundieran con los Cárpatos y el Danubio [Ceaucescu se hacía llamar “Genio de los Cárpatos” y “Danubio del pensamiento”], y al segundo, con las minas de Rosia Montana, lo que demuestra el ansia de poder de los dictadores, tanto los que lo son abiertamente como los ocultos.

Si no lo logran, ambos recurren a las instituciones en las que se apoyan. El primero [Ceaucescu] recurrió a la Securitate, el segundo [Basescu] a los servicios secretos, a fiscales sumisos y a una justicia doblegada. Con el fin de aniquilar a sus adversarios políticos y de sembrar el miedo en su propio bando.

El parlamentarismo no tenía ningún valor para Ceaucescu ni lo tiene para Basescu. La Gran Asamblea Nacional [de la época de Ceaucescu] era una caricatura del Parlamento y Basescu ha intentado hacer lo mismo con el Parlamento de Rumanía. Y lo mismo ha sucedido con la prensa. El primero la censuró y el segundo ha querido añadirla a la lista de principales peligros para la seguridad nacional y ha intentado comprometer a ciertos periodistas. En algunas ocasiones comprándoles, con dinero procedente de los fondos públicos.

Conocimos la corrupción con Ceaucescu, y también con Basescu, la única diferencia es que ahora se ha institucionalizado. Y los principales corruptos son los más fieles apoyos del régimen. Por este motivo, Basescu ha subordinado políticamente a la fiscalía, precisamente para proteger a sus propios corruptos, al tiempo que emprendía una guerra sin piedad contra sus adversarios políticos [refiriéndose a la condena del exprimer ministro Adrian Nastase].

Y por último, tanto Ceaucescu como Basescu se han beneficiado de la protección de Washington, así como de la concedida por las grandes capitales europeas, a cambio de favores pagados íntegramente por los rumanos. Hasta el punto de que uno de ellos llegó a pasearse en la calesa de la reina de Inglaterra [en 1978].

Contrapunto

Riesgo de deriva institucional

En teoría, hay que votar a favor o en contra del presidente Traian Basescu. Por desgracia, en la práctica no es tan sencillo. El referéndum del 29 de julio plantea un problema mucho más complicado. La Unión Social Liberal (USL) llegó al poder el 7 de mayo con una idea fija: destituir al presidente Basescu. Y lo consiguió mediante juegos políticos y no según la Constitución: prácticamente al presidente no se le puede imputar ninguna infracción grave de la Constitución [ese es el motivo por el que se ha llevado a cabo la destitución a través del Parlamento]. El propio Tribunal Constitucional lo constató al pronunciarse al respecto. Además, la USL se ha apresurado a modificar una serie de leyes e instituciones del Estado, con el fin de crear una especie de partido-Estado, plenamente bajo su control.

Entonces, ¿sobre qué pueden votar los ciudadanos? ¿Por qué deberían ir a votar? En primer lugar, para restablecer la legalidad y el Estado de derecho. La USL ha hecho que Rumanía retroceda varios años en lo que respecta al funcionamiento de la democracia. La inquietud de la UE y de la prensa internacional no puede estar más justificada, aunque Victor Ponta grite a los cuatro vientos que Europa Occidental está "manipulada por Basescu".

Pero después de haber extendido tanto veneno, después de tanta propaganda descarada en las cadenas de televisión al servicio del nuevo poder, tras haber hablado durante años del "dictador Basescu", ya no hay suficientes ciudadanos dispuestos a defender el Estado de derecho ni que sean conscientes de que, en realidad, este último es lo está precisamente en juego en este referéndum.

La gran mayoría de los ciudadanos han entendido que el culpable es Basescu: el que ha recortado los sueldos, el que ha adoptado medidas de austeridad [a cambio del préstamo del FMI, de alrededor de 13.000 millones de euros en 2009], etc. El hecho de que durante su mandato la justicia se volviera cada vez más funcional e independiente para la mayoría tan sólo es una abstracción.

Si el presidente no regresa a Cotroceni [el palacio presidencial], la inestabilidad no hará sino aumentar, la crisis se agravará, continuará la deriva de las instituciones del Estado, todo ello bajo un Gobierno dirigido por un estafador demostrado [el primer ministro Victor Ponta, fiscal y doctor en derecho, fue acusado de haber plagiado su tesis], que no cuenta ni con un ápice de credibilidad en la UE.

El mejor resultado sería el regreso de Traian Basescu a Cotroceni gracias al voto popular. Pero esa hipótesis no se sostiene en absoluto, porque el PDL ha pedido a sus electores que se queden en casa.

De este modo, la mayoría del USL, que desde hace dos meses no deja de cometer abusos y ha perjudicado tanto la imagen de Rumanía, insta a los ciudadanos a destituir al "dictador", y el presidente elegido por esos mismos ciudadanos les pide que se queden en casa, para que pueda regresar a Cotroceni tras quedar invalidado el referéndum. Los ciudadanos harán lo que estimen conveniente. De todos modos, tras el 29 de julio, volverán a encontrarse los mismos problemas de siempre. Además de medio año perdido en peleas políticas inútiles y un país que se ha convertido en la oveja negra de Europa.

Mircea Vasilescu (Adevarul, Bucarest)

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