¿Prefieres el Rolex de 20 dólares o el Bulgari de 30 dólares? Tienda de relojes falsos en Yakarta, Indonesia.

Falsificar no es tan malo

Un nuevo informe financiado por la Unión Europea ha declarado que comprar artículos de diseño falsificados puede beneficiar a los consumidores y a las empresas cuyas marcas están siendo falsificadas.

Publicado en 3 septiembre 2010 a las 14:51
¿Prefieres el Rolex de 20 dólares o el Bulgari de 30 dólares? Tienda de relojes falsos en Yakarta, Indonesia.

Los bolsos falsos de Louis Vuitton y los Rolex que se compran tan baratos en el extranjero son una compra impulsiva vacacional de la que muchos compradores luego se arrepienten. Aunque los compradores están satisfechos con el precio, a menudo existen dudas persistentes sobre la calidad de los artículos, su legalidad y sobre quién les saca provecho. Sin embargo, y según parece, estas preocupaciones ya no existen. Un nuevo informe financiado por la UE ha declarado que está bien comprar artículos de diseño falsos.

El estudio, escrito con la colaboración de un asesor de la Oficina Central, afirma que los consumidores se benefician del mercado de la ropa de diseñador pirateada a precios muy bajos. También rechaza las quejas de las compañías de diseñadores alegando que las pérdidas para la industria como resultado de las falsificaciones están muy exageradas (ya que la mayoría de los que compran falsificaciones nunca podrían permitirse un artículo auténtico) e indica que los artículos pirateados pueden promocionar sus marcas.

El informe añade que la policía no debería perder el tiempo intentando detener a los contrabandistas. Rebate el argumento de que la falsificación de marcas de lujo financia el terrorismo y el crimen organizado y argumenta que los ciudadanos no desean que se apliquen medidas legales más duras, ya que a los consumidores les gustan las gangas que ofrece el mercado ilegal, el cual se estima que alcanza 1,3 millones de libras en el Reino Unido.

Los beneficios de las falsificaciones

El profesor David Wall, coautor del informe y consejero del gobierno en materia de delincuencia, mantiene que el coste real de las falsificaciones para la industria podría ser de una quinta de las cifras calculadas anteriormente. “Probablemente sea incluso menor”, afirma. “También existen pruebas de que ayuda a las marcas al agilizar el ciclo de la moda y a mejorar el reconocimiento de marca”. También añadió: “Deberíamos centrarnos en el comercio de medicamentos falsificados, de piezas de aviones poco fiables y de otras cosas que realmente sí causan daño al público. En un momento en el que no hay más recursos públicos para la policía y en que se les pide que hagan más, las fuerzas de seguridad se deberían de centrar en otras cosas”.

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Mientras que las autoridades británicas persiguen a aquellos que comercian con artículos falsos, el gobierno ha decidido despenalizar a los consumidores que los compran. Pero los turistas que compran falsificaciones en otros países pueden enfrentarse a una querella criminal. En Francia, la multa máxima por comprar artículos falsos es de 300.000 euros (£246,000) o tres años de prisión. Durante una redada llevada a cabo en Italia a principios de verano, un turista fue multado con 1.000 euros (£825) por comprarle un bolso falso de Louis Vuitton por siete euros (£6) a un a vendedor en la ciudad turística de Jesolo, cerca de Venecia.

Los veraneantes también se enfrentan a la posibilidad de que las falsificaciones sean confiscadas en los puertos y aeropuertos cuando regresan a Gran Bretaña, si son detectadas por la Agencia de fronteras del Reino Unido. Según el informe, hasta tres millones de consumidores compran cada año productos falsificados que llevan etiquetas de los principales diseñadores, como Louis Vuitton, Yves Saint Laurent, Burberry o Gucci. Casi un tercio de las ventas se realizan a través de Internet.

Indignación de las grandes marcas

El profesor Wall, de la Universidad de Durham, comenta que los fabricantes del mercado negro raras veces engañan a los consumidores, sino que éstos, por el contrario acogen con agrado la oportunidad que les dan las falsificaciones. “Acabo de volver de Corfú y vi relojes Breitling a la venta por diez euros. Nadie en su sano juicio pensaría que se trata de Breitling auténticos”.

La calidad de muchos productos falsos ha “mejorado en gran medida”, añade el informe, para British Journey of Criminology. Concluye que “la opinión pública no apoya demasiado la idea de que se utilicen fondos públicos para controlar y perseguir la venta y la fabricación de falsificaciones”, y argumenta que debería ser la industria, y no la policía, quien detenga este mercado.

Pero la policía y las principales marcas de diseñador han rechazado las conclusiones del estudio. Un portavoz de Louis Vuitton manifestó: “La venta de artículos falsificados es un delito grave cuyos ingresos financian a organizaciones criminales a expensas de los consumidores, las empresas y los gobiernos”. Un representante de Burberry añadió: “La falsificación es algo que nos tomamos muy en serio. Cuando se demuestra un caso, Burberry siempre solicita la pena máxima”. La Asociación de oficiales jefe de policía dijo que la falsificación de artículos de moda “no es un delito sin víctimas”. “Los negocios, las personas y el bolsillo de la gente, todos ellos sufren como resultado de esas actividades”, concluye el portavoz.

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