Andreas Georgiou, director del Instituto de Estadística de Grecia en su oficina, en Atenas, en enero de 2012.

Andreas Georgiou devuelve el honor a la estadística griega

Las estadísticas griegas son por fin fiables, e incluso Eurostat lo reconoce así. Pero quienes han tenido que modificar sus hábitos acusan hoy de traición a Andreas Georgiou, el hombre que ha hecho posible esta revolución.

Publicado en 19 marzo 2013 a las 12:01
Andreas Georgiou, director del Instituto de Estadística de Grecia en su oficina, en Atenas, en enero de 2012.

El director del Instituto de Estadística de Grecia (Elstat) hizo que le instalasen una gran caja fuerte en su oficina. Andreas Georgiou, director de Elstat desde agosto de 2010, lo ordenó cuando se supo que miembros de su propio comité de administración pirateaban su correo electrónico. La información confidencial está desde entonces bajo llave.
En Grecia, apenas hay escrúpulos a la hora de abordar la guerra de cifras. Las estadísticas constituyen armas que son decisivas en la batalla que se libra dentro del propio país. Entre Grecia y sus acreedores, y, sobre todo, entre los partidos políticos griegos.
Desde el primer día, la crisis de la deuda gira en torno a la cuantía del déficit presupuestario y a la deuda pública. La crisis se ha agravado por la ausencia de cifras fiables y porque se reveló que los sucesivos Gobiernos habían mentido sobre la situación de las finanzas públicas.

Grecia era sinónimo de mentira y engaño

Ahora que, por fin, es posible obtener datos fiables, se acusa a la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat) y al FMI, los autores de esos datos, de alta traición.
En una entrevista en su oficina, Andreas Georgiou se ve obligado a escoger bien sus palabras para evitar proporcionar munición a sus adversarios. Su servicio se encuentra en un edificio moderno de ladrillo que da sobre una rotonda muy concurrida del puerto de El Pireo. La situación a su juicio es “surrealista. Sospechan que trabajo según las leyes griegas y europeas”.
Georgiou, de 52 años, decidió en 2010 dejar su puesto en el FMI, en Washington, y regresó a su país natal. Desde octubre de 2009, Grecia era el centro de todas las críticas en el seno de la Unión Europea. Ese mes, el déficit presupuestario se revisó y pasó del 3,7 al 12,5% del PIB, e incluso llegó al 15,8% poco después.
Grecia era sinónimo de mentira y engaño. No se concedía ningún valor a las estadísticas oficiales. El coste del crédito aumentaba tanto que el país estaba al borde de la quiebra.

Ningún político quiere que le vean con él

Cuando la crisis empezó, el Instituto de Estadística de Grecia pertenecía al Ministerio de Finanzas. En los gráficos europeos, las cifras griegas iban generalmente acompañadas de una nota al pie. Eurostat indicaba que no podía verificar si las cifras se habían calculado conforme a las reglas y de manera independiente. Desde 2004, Eurostat envió 10 misiones a Atenas de cara a corregir las estadísticas. En vano. En enero de 2010, se publicó un abrumador informe sobre las cifras amañadas y la injerencia política.
A partir del momento en que Georgiou se convirtió en la cabeza de ese instituto, que cambió de nombre (a Elstat) y se separó del Ministerio de Finanzas, las notas a pie de página desaparecieron. Los cinco últimos informes semestrales obtuvieron luz verde por parte de Eurostat. Una revolución administrativa. Pero es una revolución con la que Georgiou hizo amigos en su propio país. Ningún político quiere ser visto con Georgiou ni defender públicamente en su favor. En los debates políticos en la radio o en la televisión, se habla de él como de un traidor a la patria que merece el cadalso.

“Un hombre de paja de nuestros acreedores”

Como los demandantes habían concluido que había motivos suficientes para proseguir con las diligencias, el sindicato de empleados de Elstat exigió que Georgiou fuese relevado de su cargo. Según un comunicado de prensa del sindicato “el señor Georgiou únicamente multiplica nuestros problemas”. Georgiou es “un hombre de paja de nuestros acreedores”. Se le reprocha al director no servir al “interés nacional”. El razonamiento que siguen parece ser el siguiente: estadísticas propias, de acuerdo, pero no hace falta tampoco ser demasiado honestos o demasiado francos. La agencia Eurostat, que se ha visto estrechamente implicada en la reforma de Elstat y toma partido ahora por Georgiou, también se halla de manera indirecta sobre el banquillo de los acusados.
Algunos meses después de que Georgiou asumiese su cargo en octubre de 2010, un líder sindicalista furioso irrumpió en la oficina de Georgiou esgrimiendo un documento que el director había intercambiado por correo electrónico con su asesor jurídico. La investigación demostró que su cuenta de correo se visitaba casi todos los días. Un miembro del consejo de administración de Elstat leía y descargaba los correos electrónicos de Georgiou casi todos los días, había pasado con más de mil. Poco tiempo después, el ministro de Finanzas cesó al comité de administración. Y se modificó la estructura de Elstat. Georgiou se quejó. La policía abrió una investigación. “Se investigó al hombre hace más de dos años, pero, que yo sepa, no ha tenido consecuencias”.

Recibe lo mejor del periodismo europeo en tu correo electrónico todos los jueves

Sin tiempo para las amistades políticas

Lo que pase en Elstat representa claramente la rigidez de las estructuras tradicionales de Grecia y de la resistencia profunda a las reformas en el seno (de ciertas secciones) del Gobierno. Los funcionarios no son siempre evaluados por su rendimiento, Apenas hay despidos, aunque la administración es demasiado importante y excesivamente cara en relación a los resultados que proporciona.
El número de funcionarios baja sin embargo rápidamente. En previsión de recortes inminentes y de rebajas en el régimen de pensiones, muchos optaron por un retiro anticipado. En Elstat, el número de empleados bajó de 1.000 a 850.
El problema parece ser que Georgiou no se atiene a las leyes no escritas. Georgiou, que ha trabajado 31 años fuera de Grecia, no dedica tiempo a mantener amistades políticas ni a entablar contacto con banqueros. Es una elección deliberada, sostiene él. “Era necesario levantar un muro contra la injerencia política. Para que la gente aquí pudiese hacer su trabajo con dignidad. Este departamento era el hazmerreír de Europa. Ahora se nos admite de nuevo en la familia de la estadística europea”, declara.

Tags
¿Te ha gustado este artículo? Nos alegra mucho. Se encuentra disponible para todos nuestros lectores, ya que consideramos que el derecho a la información libre e independiente es esencial para la democracia. No obstante, este derecho no está garantizado para siempre, y la independencia tiene su precio. Necesitamos tu apoyo para seguir publicando nuestras noticias independientes y multilingües para todos los europeos. ¡Descubre nuestras ofertas de suscripción y sus ventajas exclusivas y hazte miembro de nuestra comunidad desde ahora!

¿Eres un medio de comunicación, una empresa o una organización? Consulta nuestros servicios editoriales y de traducción multilingüe.

Apoya el periodismo europeo independiente

La democracia europea necesita prensa independiente. Voxeurop te necesita a ti. ¡Únete a nosotros!

Sobre el mismo tema