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La Vanguardia destaca que durante su visita a España el 6 y el 7 de noviembre, Benedicto XVI centró su discurso "en el gran eje de su pontificado: los riesgos que ve la Iglesia católica en el progreso del laicismo y la secularización de la sociedad europea, en especial en lo que respecta a la familia tradicional" y que estaría amenazada por la política llevada a cabo por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
[El País se lamenta](http:// http://www.elpais.com/articulo/opinion/apagon/Trento/elpepiopi/20101108elpepiopi_1/Tes)de que el Papa no haya aprovechado "esta ocasión excepcional para aunar fe, razón y cultura", ya que "se ha impuesto esa hercúlea tarea de combatir la diríase que imparable secularización de Europa", de la que "extrañamente España es algo así como el centro de operaciones". El diario señala que es cierto que España "ya no es la luz de Trento", el concilio que lanzó la Contrarreforma del siglo XVI, y que la afluencia de público fue inferior a la prevista, pero que "Ratzinger exagera y pierde una buena ocasión de acercar Iglesia y Estado".
En Barcelona, el diario La Vanguardia opina que el mensaje papal fue "la continuación lógica de la queja eclesiástica sobre la pérdida de las raíces cristianas de Europa y sus posibles consecuencias". En el mismo diario, Enric Juliana opina que "el catolicismo cuenta actualmente con un Papa carolingio" que habla "con un lenguaje didáctico y nada ofensivo", asegura el editorialista.
Consejos mal encaminados
Sin embargo, el diario[Süddeutsche Zeitung estima](http:// http://www.sueddeutsche.de/politik/benedikt-xvi-in-spanien-realitaetsferner-papst-1.1020588) que el que haya aconsejado a Benedicto XVI durante su viaje a España le ha hecho un flaco favor. El diario de Munich condena "esa comparación funesta con los años 30“, cuando la República española intentaba reducir la función de la Iglesia en el país. Esto demuestra una vez más que al Vaticano le gusta ocultar su historia, ya que "el clero español, agresivo y asesino, apoyó al franco-fascismo victorioso“. "¿Por qué recuerda ahora esto Benedicto XVI? Porque en el ámbito social, España ha llegado al presente. El matrimonio homosexual, en divorcio con plazos soportables, el aborto y la educación sexual constituyen el catálogo de pecados que, ante los ojos del Vaticano, España no puede expiar“.
Por su parte, en Varsovia, [Rzeczpospolita advierte](http:// http://www.rp.pl/artykul/9158,560706.html) del "anticlericalismo peligroso". "Las palabras de Benedicto XVI sobre el retorno del sentimiento anticlerical en España se han interpretado en la mayoría de medios de comunicación europeos como un ataque contra el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero lo cierto es que desde hace 6 años, los creyentes españoles tienen motivos para sentirse ciudadanos acosados y arrinconados".
Por ello, Rzeczpospolita considera que "cuando los políticos se quedan en silencio, no es de extrañar que el Papa tenga que explicarse. Del mismo modo que demostramos una gran sensibilidad cuando se trata del radicalismo de la derecha, nos deberíamos preocupar también cuando la izquierda adopta posiciones extremas. Sobre todo porque el anticlericalismo político ya no es algo exótico en Polonia".
Los checos, poco receptivos a la personalidad del Papa
En Praga, [Lidové Noviny se sorprende](http:// http://www.lidovky.cz/bezboznici-pokaral-cechy-papez-dm1-/ln_noviny.asp?c=A101108_000002_ln_noviny_sko&klic=239806&mes=101108_0) en su portada: "El Papa tacha de irreligiosos a los checos". Efectivamente, Benedicto XVI citó a la República Checa como ejemplo de la pérdida de religiosidad en Europa. Sin embargo, el diario, apoyándose en una encuesta, señala que los checos no son tanto anticatólicos, sino poco receptivos a la personalidad del Papa. Por otro lado, mientras al Papa le preocupa que "el vacío espiritual que se está creando en Europa deje lugar al islam", Lidové noviny destaca que "el islam tiene menos posibilidades de instalarse entre nosotros que en los países con un catolicismo vivo".
Los comentarios del pontífice, previene el diario checo, podrían intensificar un reflejo "de resistencia husita" en el país en el que Jan Hus quiso reformar la Iglesia en el siglo XV. Así, "el Papa, que suele argumentar con la verdad y su relación con la libertad, podría avivar el viejo e inolvidable lema [husita] anticatólico de 'la verdad vence a todo'".
