Cuando los guionistas quieren cambiar el curso de una historia usan lo que se llama una vuelta de tuerca. A esto se está dedicando el Gobierno griego en las últimas semanas: encontrar el punto de giro en el relato de la crisis. “Nadie ya habla de Grexit sino de Grecovery”, declaró el primer ministro Antonis Samarás el pasado jueves en Helsinki tras una reunión con su homólogo finlandés. Un eficaz lema para el mensaje que el Ejecutivo ha empezado a vender desde hace meses, primero con cautela y ahora con más decisión: el riesgo de salida de Grecia de la eurozona ha pasado, y ha llegado la hora de la recuperación.
Los recientes datos sobre la mejora del sentimiento económico, la decisión de Fitch de elevar en un escalón la calificación de la deuda, la tregua que los mercados están dando argumentos para empezar a escribir la “historia de un éxito”, como el mismo Samarás dijo en su reciente visita oficial a China. Pero el “punto de giro” decidido por el Ejecutivo no encaja en el guion del día a día de la vida de los griegos.
Leer el artículo en el diario El País