La UE atraviesa una crisis de confianza, Rusia es excesivamente agresiva, los Estados Unidos tienen el presidente más aislacionista desde hace décadas. En este contexto, ¿existe peligro de que países como Rumanía o Bulgaria vayan a verse afectados por una restauración [comunista]?
Ivan Krastev: La verdadera amenaza [para países como Rumanía y Bulgaria] es disfunción. La mayoría de estos regímenes están basados en lo afectivo, no en la economía. No estarán en disposición de satisfacer las expectativas de ciudadanos que aspiran a una vida mejor.
Es la diferencia entre el régimen de Vladimir Putin y los regímenes populistas del Europa del Este. El de Putin está basado en los recursos naturales. Putin no depende de su pueblo. Solo un quinto de la población activa rusa produce algo. No es el caso de Bulgaria, Hungría o Rumanía. Estos países tienen que tener más intercambios comerciales, deben atraer inversiones extranjeras...[...]
No asistiremos a una restauración [comunista]. Tanto en cuanto Alemania y otros países permanezcan estables políticamente, la Unión Europea podrá luchar contra este tipo de dirigentes populistas.
¿Tiene miedo de Putin?
Ivan Krastev: Todos deberíamos tener miedo de Putin, pero no creo que Putin tenga ambiciones territoriales. Tiene otros problemas. Depende de una economía que no puede controlar porque fluctúa según el precio del petróleo. Teme la fragmentación de Rusia. Y también cree que las elites rusas son demasiado dependientes de Occidente, ya que allí tienen sus cuentas bancarias y educan a sus hijos. Así que ha decidido nacionalizar a las élites. Y a enfrentarse a Occidente y cerrar el país. Y lo está logrando, con nuestra ayuda.
Alemania parece haber cambiado en gran medida su política respecto a Rusia.
Ivan Krastev: Si Rusia ha perdido algo importante en esta crisis, es a Alemania. Ha perdido a la élite política alemana y la simpatía de la opinión pública. Las ha perdido por sus manipulaciones políticas y sus mentiras. Un dirigente alemán me ha confiando que lo que más le ha horrorizado, es el hecho de que Vladimir Putin le ha mentido personalmente. [En este caso] no puede tener una política exterior responsable. He oído que Angela Merkel llamó a Putin y que le dijo: tenemos fotos de vuestros carros de combate a 80 kilómetros en el interior de las fronteras de Ucrania. ¿Qué me puede decir sobre ello?. La respuesta de Putin fue: Me sorprende. Pero estamos tan corrompidos que estos carros de combate probablemente han sido vendidos por alguien de Rusia. Este tipo de visión es inaceptable.
Pero el mayor problema es que Putin ha destruido un mito: el que defiende que la interdependencia económica impide la guerra. Hemos visto que si un socio se decide por la provocación, no solamente la interdependencia no impide la guerra, sino que además, ralentiza toda reacción. Y sea cual sea el nivel de interdependencia.
Cuando Putin delcaró que no quería vivir solamente de la economía, sino que también quería entrar en la historia, yo no me lo esperaba. Mi mayor temor es que Putin logre convencer a cada nación de que la independencia económica es la única vía. Si esto ocurriera, entonces la corriente populista saldría reforzada.
Declaraciones recogidas por Vlad Mixich, en la conferencia organizada por el New Europe College, "¿y si Europa fracasara?", septiembre de 2014