Primero fue el nuevo Gobierno sueco, que el 2 de octubre anunció que reconocería al Estado palestino. Luego ha venido el Parlamento británico, que en una votación impuesta por los parlamentarios laboristas ha votado —274 contra 12— a favor de ese mismo reconocimiento. [El 18 de noviembre, el Parlamento español aprobó una propuesta de resolución para reconocer el Estado palestino. Y el Parlamento danés discutirá una resolución en este sentido el 11 de diciembre. Por su parte, los eurodiputados votarán una resolución en diciembre].
La decisión del Gobierno sueco no es improvisada ni se produce en el vacío, pues su nueva ministra de Exteriores, Margot Wallström, ha sido comisaria europea y conoce perfectamente cuál es la posición de la UE en la cuestión y cuáles son las consecuencias de esta decisión unilateral por parte de Suecia. Algo parecido se puede decir del Parlamento británico: Reino Unido no sólo es uno de los países que más han apoyado a Israel en las últimas décadas, sino de los más sensibles ante el terrorismo yihadista.
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