Lira - ¿Una aplicación para iphone?

La “generación euro” se hace mayor

Nueve años después de la introducción de las monedas y los billetes del euro, los adolescentes de hoy en día se han olvidado de lo que eran las divisas nacionales, las fronteras y las devaluaciones. Se ha abierto una brecha entre su generación y las ilusiones de los nostálgicos que echan de menos la lira, el marco o el franco.

Publicado en 4 marzo 2011 a las 16:02
Massimo Ankor  | Lira - ¿Una aplicación para iphone?

Nos dejó en 2002, después de ciento cuarenta años de buen y leal servicio borrados por la ambiciosa nueva divisa que ahora comparten 17 países. Hoy en día, sólo los nostálgicos y los coleccionistas cortejan a esa desconocida llamada lira. La generación euro, los jóvenes que han crecido usando la nueva moneda, no se acuerdan ni de lo que era. ¿Creen ustedes que exagero? Pues les voy a poner un ejemplo: una entrevista a Federico Russo, actor, 13 años. “Federico, ¿me podrías decir algo sobre la lira?”, “Es una moneda antigua”. “¿Has oído hablar de ella alguna vez en el colegio, en casa, o en casa de tus abuelos?”, “No, nunca”.

“No es nada raro”, explica con un tono tranquilizador Stefano Caselli, catedrático de la Universidad Bocconi de Milán. Desde el punto de vista de la sociedad, podríamos compararlo con lo sucedido con Internet. “Actualmente nos encontramos con tres generaciones que conviven juntas: los que han crecido durante la edad de piedra, los que han conseguido adaptarse y los que han nacido con el euro.

La generación euro, que no puede concebir el mundo sin esta moneda, ni siquiera se plantea cómo serían las cosas antes. La nueva generación apuntala la globalización, de hecho es incluso un elemento estabilizador: los que han crecido con la lira contribuyen a la distorsión de los precios porque siguen comparando dos épocas que no tienen nada que ver la una con la otra. Por el contrario los jóvenes reducen la inflación porque no hacen este tipo de comparaciones”.

Comparaciones deprimentes

Ahora casi nadie, excepto las personas de mayor edad, calcula los precios en liras. Sí puede suceder que comparemos los precios de los trayectos en taxi: “Antes para ir al aeropuerto de Malpensa en Milán pagabas 70.000 liras (alrededor de 35 €), ahora cuesta 85 euros…” y este tipo de constataciones desencadenan una serie de planteamientos deprimentes sobre los salarios y el coste de la vida. “Nos hemos acostumbrado al euro, es como acostumbrarse a conducir un coche con cambio automático o que tiene el volante a la derecha.

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Al cabo de un tiempo dejas de pensar en ello”, añade Luigi Campiglio, catedrático de Política Económica de la Universidad Católica de Milán. “Y a mis estudiantes les resulta más fácil todavía, ya casi no se acuerdan de la paga que les daban sus abuelos en liras. Viajan más y muchos han hecho un Erasmus. Dan por sentada una cosa que representa una conquista extraordinaria: la capacidad de desplazarse libremente de un país a otro sin encontrarse con trabas burocráticas o políticas. Irse a trabajar a Francia o a Alemania no relaciona ni remotamente con la inmigración”.

Paolo Legrenzi, catedrático de la Universidad Ca' Foscari de Venecia, ha estudiado desde los inicios el efecto psicológico que la instauración del euro ha tenido en los italianos. “Es un acontecimiento excepcional en la historia de la humanidad, tanto más cuanto que es algo que también estaba sucediendo en el resto de Europa. Desafortunadamente ha coincidido con la recesión económica más severa que se conoce desde la Posguerra y le hemos echado la culpa al euro de la subida de los precios.

Los jóvenes tienen una opinión favorable del euro

Los nostálgicos no quieren acordarse de lo bajo que era el poder adquisitivo en tiempos de la lira y de las constantes devaluaciones de la moneda. Por otro lado, los jóvenes tienen una opinión favorable del euro. Es la generación más feliz y no se plantea este tipo de problemas”. Los jóvenes de la generación euro, aquellos que tienen entre cero y veinticinco años, “hace nueve años no tenían que administrar un presupuesto propio, pero los que ya administraban su propio dinero sí que han hecho comparaciones entre la lira y el euro en el momento del cambio, adaptándose rápidamente”.

“Actualmente los consumidores italianos no echan de menos la antigua moneda”, comenta Ivano Daelli, representante de la asociación de consumidores Altroconsumo. La ventaja más clara la llevan los jóvenes: el euro e Internet son dos herramientas extraordinarias para comparar precios, evaluar productos y servicios e informarse. Solo una parte residual de la sociedad tiene problemas con la moneda única: las personas de edad avanzada”.

Es posible que les sirva de consuelo saber que la lira que tanto añoran no sería la misma hoy en día, tal y como explica el experto en historia económica Pietro Cafaro: “hace tiempo había una canción que decía: si ganase mil liras al mes… Teniendo en cuenta la cotización actual, mil liras equivalen a mil euros, pero la diferencia es considerable porque el poder adquisitivo de hoy no tiene nada que ver con el de aquellos años”.

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