Atenas, junio de 2010. Manifestación contra las medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno.

Demos una oportunidad a los jóvenes

A pesar de la flexibilidad en las condiciones del plan de rescate acordada por los Estados de la eurozona el 11 de marzo, los griegos se muestran cada vez más pesimistas con respecto a la capacidad de sus dirigentes para sacarles de la crisis. Sin embargo, poseen una riqueza inestimable: los jóvenes, a los que de momento han sacrificado.

Publicado en 15 marzo 2011 a las 15:57
Atenas, junio de 2010. Manifestación contra las medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno.

Los famosos mensajes de correo electrónico del "banquero" que anuncian la quiebra para el 25 de marzo [día de la Fiesta Nacional y del próximo Consejo Europeo] y la vuelta al dracma siembran la duda en toda la sociedad, que ya mostraba su desconfianza. Los analfabetos de la red y los neófitos que se tragan la "explicación" de los misterios del universo transmiten masivamente este mensaje, difunden este rumor estúpido y hacen que cunda el pánico.

Claro que el correo electrónico del Apocalipsis se siembra en un terreno predispuesto a aceptarlo y a que dé sus frutos: según el sondeo de la agencia Public Issue, la inseguridad y el pesimismo de los griegos con respecto al futuro está batiendo récords. Nueve de cada diez griegos se sienten amenazados, ocho de cada diez creen que vamos en la dirección incorrecta, siete de cada diez están convencidos de que su situación empeorará aún más.

El país está en caída libre

Esto refuerza la sensación extendida de que el país se encuentra en caída libre. Y la pasividad ha invadido todo y entumece el cuerpo y el alma. Se percibe claramente en el sector público, donde los servicios permanecen congelados y aletargados, bien porque no reciben orientación por parte de los responsables políticos, porque carecen de recursos o porque el temor a ser controlados inhibe a los funcionarios. La falta de acción también es evidente en el Gobierno: el impulso inicial para aplicar las disposiciones [del plan de austeridad] disminuyó rápidamente e incluso la puesta en marca de ciertas medidas necesita dosis de energía y fe. Y esto es precisamente de lo que se carece en Grecia.

Asistimos a una terrible crisis de liderazgo, pero también a una terrible crisis de identidad. La élite dirigente actual dejará de existir en unos años tal y como es actualmente. Muchos rostros desaparecerán de la escena, otros sobrevivirán y otros querrán exprimir a la sociedad tal y como se forme con las ansias de novedad. El combate de la expresión colectiva parece ya muy extendido, con diversas manifestaciones: colectivos, grupos voluntarios, diarios, blogs de empresa. Pero en especial las generaciones jóvenes, humilladas por las perspectivas pesimistas, regresan lentamente pero con seguridad hacia el universo individualista de los años 90 y 2000.

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Los efectos negativos del inmovilismo social

Los que tienen entre 20 y 40 años son una valiosa fuente de mano de obra, por desgracia subestimada y asfixiada. La élite actual ha apartado a las nuevas fuerzas de los centros de decisión, excepto si pertenecen a una gran familia. Tras el punto culminante de la movilidad social en los años 80 y 90, los movimientos se frenaron drásticamente. Este inmovilismo social tuvo una serie de efectos negativos en el ámbito político y en la administración pública, donde prevalecen las Familias y los intermediarios. También afectó al contexto empresarial: el pequeño mercado nacional está obsesionado con el neoliberalismo importado y no explota el carácter original de la economía mediterránea (pequeñas empresas, pequeñas administraciones...). El resultado es evidente: cárteles, corrupción, Estado privatizado y destrucción de las clases desfavorecidas.

La mayoría de jóvenes griegos que acceden a la vida activa con perspectivas sombrías poseen una formación de alto nivel y sobre todo, un espíritu cosmopolita que no tenían las generaciones anteriores. Es la generación de los jóvenes de la globalización y de Internet. Es el mejor elemento del que dispone nuestra sociedad civil que envejece y registra una natalidad baja, una sociedad sin ánimo y en la que reina el pesimismo. Pero a estos jóvenes se les excluye, se les subestima y se les asfixia. Nuestro país no ha contado con ellos para su renacimiento, porque al sistema no le interesa ni el renacimiento ni la supervivencia. No se dirige a esta generación, la ignora y la sacrifica.

Una burbuja que pronto estallará

Los padres de la clase media, tras haber invertido dinero y cuidados en su prole, observan esta situación impotentes, temerosos y no pueden ni defenderse ni proteger a sus hijos ni, peor aún, a la mísera sociedad que han creado o tolerado. Nos enfrentamos a una dramática paradoja: Grecia sacrifica a sus hijos por los pecados de una élite inútil.¿Cómo van a salir adelante estos jóvenes en estas condiciones?

Es terrible darse cuenta de que nuestro Gobierno carece de entusiasmo y de motivación. También nos falta una dosis de amor propio y un mínimo de sentimiento de cohesión. Son carencias que se refuerzan mutuamente. Estas lagunas y este sistema forman una burbuja. Y esta burbuja estallará pronto, inevitablemente. Del dolor y de las ruinas de esta ruptura, surgirá una nueva Grecia, con amor propio, con movilidad social, con esperanza y con un objetivo común. Sobre todo, con el objetivo más duro: sobrevivir en libertad.

Plan de rescate

Flexibilidad contra rigor

El 11 de marzo, los 17 países de la zona euro se pusieron de acuerdo para reducir los tipos de interés sobre los préstamos contraídos por Grecia del 5,2% a 4,2% y para ampliar la duración de su devolución de 3 a 7 años y medio. Esta decisión, que reclamaba el primer ministro Yorgos Papandréu y que debe ser confirmada durante el Consejo Europeo del 25 de marzo, tiene como contrapartida el compromiso del Gobierno griego de acelerar y ampliar su programa de privatizaciones a 50.000 millones de euros, 15.000 millones de aquí al 2013. Mientras que Atenas muestra su alegría por este acuerdo, el diario To Ethnos considera que acentúa la política de "austeridad para todos".

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