Esta iniciativa no tiene precedentes en la Historia posterior a 1989. Un grupo de ex presidentes, ministros y miembros de gabinete de lo que en un tiempo conocimos como el Bloque Soviético advierte al presidente de Estados Unidos a través de una carta abierta de que la estrecha alianza entre la región y Washington, que en un momento hasta se llegó a considerar una verdad irrefutable, está atravesando actualmente uno de sus momentos más difíciles.
“La administración Obama viene de un tiempo a esta parte planteando sus prioridades en la política exterior”, leemos en la carta, “y parece que nuestra región es una de las zonas del mundo por la que los americanos han dejado de preocuparse. De hecho, algunas veces nos da la sensación de que la política de Estados Unidos en nuestra región tuvo tanto éxito que muchos funcionarios americanos creen que ya han solucionado todo lo que tenían que solucionar, han tachado la casilla correspondiente de la lista y han pasado a ocuparse de cuestiones estratégicas más urgentes. Las relaciones han sido tan estrechas que muchos en ambos bandos consideran que la orientación proamericana de la zona, así como su estabilidad y prosperidad durarán siempre, lo cual es una consideración algo prematura”.
El tono de la carta es considerablemente más acido de lo que es habitual en el mundo diplomático. La misiva, que se va a presentar hoy en una conferencia en Washington, la firman, además de los ex presidentes de Polonia y de Republica Checa, los ex jefes de estado de Lituania, Valdas Adamkus; Rumanía, Emil Constantinescu; Eslovaquia, Michal Kovacz; y Letonia, Vaira Vike-Freiberga.
La mayor parte de los firmantes resultan bien conocidos por su simpatía hacia Estados Unidos. Probablemente la carta sea la reacción al reciente enfriamiento de las relaciones con este país. Muchos expertos creen que Europa Central y Europa del Este no son una prioridad para la administración Obama. Las encuestas también muestran que en la región hay un continuo descenso en el apoyo público a la alianza con Washington.
Los autores de la carta advierten que Europa Central y del Este se encuentra en “una encrucijada política y que la inquietud está creciendo en la zona”, una de las razones de este nerviosismo es que “la Alianza Atlántica se mantuvo a nuestro lado” cuando Rusia “infringió” las leyes internacionales y la “integridad territorial” de Georgia durante la guerra del año pasado. Tampoco se hacen ilusiones sobre los objetivos de Rusia a largo plazo.
“Nuestras expectativas de que la relación con Rusia mejorase y de que Moscú aceptase definitivamente nuestra soberanía e independencia tras la adhesión a la OTAN y a la UE no se han cumplido. En vez de eso, Rusia ha regresado convertida en un poder revisionista que persigue unos objetivos parecidos a los del siglo XIX utilizando las tácticas y los métodos del siglo XX”, escriben los autores de la carta, advirtiendo a Obama ante la realización de “concesiones equivocadas” a Rusia e insistiendo en el hecho de que “una política más enérgica y con principios fuertes no solo mejorará la seguridad en Occidente sino que acabará forzando a Moscú a desarrollar una política basada en la cooperación”.
En estas circunstancias, la “cuestión más espinosa” podría bien ser la colocación de un escudo antimisiles en Polonia y en República Checa. Los acuerdos alcanzados con Varsovia y Praga fueron ratificados durante la administración Bush y la administración actual todavía no se ha pronunciado sobre el asunto. “Abandonar el programa o dejar que Rusia se involucre demasiado sin consultar a Polonia o a República Checa puede socavar la credibilidad de Estados Unidos en la región”, afirman los firmantes.
También piden que exista mayor colaboración entre Estados Unidos y Europa en lugares como Afganistán y Pakistán, la vuelta a una política hacia Rusia que esté coordinada a nivel de la OTAN y que “la relación entre Norteamérica y la UE se mejore y sea más estratégica”. La OTAN y la UE no sólo hablarían con una sola voz ante Rusia, sino que cooperarían también en cuestiones relacionadas con la seguridad energética europea.
Kwasniewski, Walesa, Adamkus, Havel y otros consideran que es “absurdo” que los ciudadanos de algunos de los países de la región, incluyendo Polonia y Rumanía, “con diferencia los dos países más grandes y más proamericanos de la región”, todavía necesiten visado para visitar Estados Unidos. “Resulta difícil entender que una persona tan crítica como el activista antiglobalización francés José Bové no necesite visado para ir a Estados Unidos, pero que al ex activista de Solidaridad y premio Nobel de la Paz Lech Walesa sí que le haga falta.”