Las últimas muertes de soldados británicos producidas en Afghanistán han provocado un importante debate en el Reino Unido sobre los medios limitados con los que cuentan sus tropas.
Pero para Andrea Rizzi, el debate es también europeo. "¿En qué estado se hallan los músculos de Europa?", plantea, preguntándose por las ambiciones militares de la Unión Europea y los medios económicos de los que se dota la misma para afirmarse también como potencia militar global.
La respuesta no es muy positiva. "La fuerza militar europea se está erosionando a gran velocidad", frente al aumento de inversiones militares de otras potencias globales. Europa habría apostado por el soft power, "que brota del poderío económico y comercial, de la seducción cultural, del atractivo de su particular mezcla entre libre mercado y protección social". Pero confiarse únicamente a este criterio para afirmarse como potencia no es suficiente. Para avanzar en la construcción de una defensa común europea, el gasto militar europeo debe dejar de ser "más una realidad aritmética que política".