Roma-Berlín: nuevo eje anti-nuclear

Al abandono de la energía nuclear por parte de Alemania le ha seguido en Italia el rechazo a la vuelta de esta energía: el giro de dos de los miembros fundadores de la UE podría impulsar a los demás Estados miembros a pasar página en el terreno de la energía nuclear y a apostar por las energías renovables.

Publicado en 17 junio 2011 a las 14:45

Por segunda vez en 25 años, los italianos, tras preguntarles si la vuelta a la energía nuclear era viable teniendo en cuenta los costes, el factor del tiempo y los riesgos, han rechazado de forma mayoritaria y definitiva esta posibilidad.

Este segundo "no" a la energía nuclear impone una gran reflexión que no se limita a la gestión de los problemas inmediatos que plantea el referéndum. No basta con recordar a los responsables gubernamentales o del sector energético la necesidad urgente de un plan de desarrollo de fuentes de energía alternativas y renovables.

Hay que recordar que actualmente es un deber cívico cambiar los comportamientos, para que sean coherentes con la elección que se acaba de realizar y de una forma mucho más eficaz que en el pasado. La ausencia de calificación selectiva de la basura, el derroche de agua, el uso irreflexivo del coche, la utilización de la calefacción y del aire acondicionado al máximo son algunos de los hábitos que deberían desaparecer al mismo tiempo que los proyectos de las centrales nucleares italianas.

Un referéndum para las nuevas generaciones

Sería útil imaginar el futuro que espera a las nuevas generaciones, sobre las que pesará la decisión que tomaron los italianos el 12 de junio. Podríamos empezar por sentirnos orgullosos de ser el primer país europeo que había dicho "no" [en un referéndum en 1987] y que lo ha vuelto a repetir, reforzando de este modo una elección que hoy se acerca, tanto en el ámbito cultural como en el estratégico, a la de Alemania y a la de Suiza.

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Con esta decisión, nos encontramos un poco menos condicionados por Francia, país con el que habíamos establecido recientemente una especie de pacto tecnológico e industrial para volver a la energía nuclear.

Nos daremos cuenta de que la elección de Alemania no se basa únicamente en el miedo actual o en la angustia intelectual que tiene sus raíces en la propia historia: es un país que, antes de decir adiós a la energía nuclear, invertía desde hace al menos una veintena de años en energías renovables y que, en los últimos ocho años, ha duplicado los empleos en este sector. En cuestión de experiencia y estrategias industriales, podría ser útil tenerlo en cuenta.

Franceses por la revisión nuclear

En cuanto a Francia, a pesar de sus 58 reactores y de sus proyectos de centrales de nueva generación, hay que tener presente que tras lo ocurrido en Fukushima y tras la decisión alemana, un gran porcentaje de franceses ha declarado estar a favor de una revisión de la política nuclear. El presidente Sarkozy, aunque reafirmó tras el desastre japonés la elección histórica del general De Gaulle, había creado al inicio de su mandato un gran ministerio de Ecología, al que le encomendó la misión de ampliar el sector de las energías renovables y de reducir la dependencia con respecto a la energía nuclear.

Nicolas Sarkozy, conservador como Angela Merkel, entendió que la energía "renovable" es también un mercado y que los partidos tradicionales corren un gran peligro ante los movimientos ecológico y anti-nuclear. Los Verdes franceses han incluido la cuestión de la energía nuclear en su programa de alianza para 2012 con los socialistas (en su mayoría a favor de la energía nuclear).

En materia energética, las elecciones estratégicas nacionales son y serán un elemento importante en la visión del conjunto de Europa, pero si dos potencias industriales como Italia y Alemania, miembros del G8 y países fundadores de Europa, abandonan la energía nuclear, no es ilusorio pensar que esta elección incitará al cambio y tendrá una gran influencia en las opiniones públicas de los demás países.

El final de la energía nuclear está en marcha

Tampoco es un sueño imaginar que esta elección se extenderá un día por todo el Viejo Continente y reforzará en el marco internacional el liderazgo de una Europa que, en cuestiones climáticas y medioambientales ya se encuentra un paso por delante con respecto al resto del mundo.

De esta forma se eliminará una objeción que desde hace tiempo pesa sobre el debate: la imposibilidad de renunciar a la energía nuclear al tener centrales justo al lado de las fronteras. La desaparición de la energía nuclear en Europa es una utopía, pero la revolución cultural ya se ha puesto en marcha y este sueño podría convertirse en realidad de aquí a unos decenios. Quizás la distinción entre el uso civil y el uso militar de la energía nuclear ya no será pertinente ni vital.

Del mismo modo que no hay que olvidar que la partida de las fuentes renovables se juega, al igual que la de la paz, la inmigración y las materias primas, en una relación lo más fecunda y constructiva posible con la orilla sur del Mediterráneo, que actualmente recorre un camino incierto y tortuoso hacia la democracia. No se trata únicamente del petróleo libio o del gas argelino, sino del sol y del desierto, que son la riqueza de los pobres y una parte importante de nuestro futuro.

Abandono de la energía nuclear

París cada vez más aislada

El Frankfurter Allgemeine Zeitung considera que Francia se siente retada por el abandono alemán de la energía nuclear. El ministro francés de Industria y Energía, Eric Besson, pide que se abran negociaciones a escala europea acerca de las consecuencias de esta decisión nacional. Este hecho pone presión sobre el Gobierno francés, dado que el 62% de su población se muestra igualmente partidaria de abandonar la energía nuclear en los próximos 25 años, frente a la postura del presidente Nicolas Sarkozy que se decanta claramente por la continuidad de dicha fuente de energía. A finales de marzo, las manifestaciones franco-alemanas para exigir el cierre de la central de Fessenheim (Alsacia) [la decana del parque nuclear francés, situada sobre una falla sísmica] demostraron que el movimiento anti-nuclear se había convertido en transfronterizo. El tema energético podría muy bien ser uno de los que domine la campaña de las elecciones presidenciales francesas de 2012, según prevé el Frankfurter Allgemeine Zeitung.

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