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"Elio Di Rupo rompe todos los tabús", se felicita La Libre Belgique. En un documento de un centenar de páginas, remitido el pasado 4 de julio al rey Alberto II, el formador de Gobierno desgrana las medidas necesarias para solucionar la crisis que desgarra Bélgica desde hace más de un año: sanear las arcas públicas, reformar la ley de financiación, escindir BHV [el barrio Bruselas Halle-Vilvorde], responsabilizar a las regiones y reformar algunas cuestiones socioeconómicas.
Di Rupo "propone un saneamiento riguroso de las cuentas públicas del orden de 22.000 millones de euros" hasta el 2015, señala 'L´Echo. El objetivo: conseguir un equilibrio presupuestario y sacar al país del punto de mira de las agencias de calificación.
En el ámbito institucional, Di Rupo propone la escisión del área Bruselas Halle-Vilvorde, que se encuentra a caballo entre la región de Bruselas capital y la región flamenca. Allí residen 150.000 francófonos en 35 municipios flamencos, lo que constituye un elemento de tensión entre las dos comunidades.
"Se establecerán tres circunscripciones para las elecciones federales y europeas: Bruselas-Capital, el Brabante flamenco y el Brabante valón. En contrapartida, se consolidarán los derechos de los francófonos de los seis municipios con facilidades [en los que los francófonos tienen reconocidos derechos específicos] y así podrán votar también en la circunscripción de su elección. Se modificará el proceso de nombramiento de los alcaldes de los municipios con facilidades".
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Y L'Echo se plantea: "¿Qué dirá la N-VA [el partido mayoritario flamenco, nacionalista], que desea una escisión sin compensación?".
"Ya ha llegado la hora de la verdad", recoge Le Soir, dando la bienvenida a un texto "equilibrado y valiente" y preguntándose si se trata de una estrategia ganadora: "Todo las opciones están abiertas. Dado que en el norte ya se cuestionan la naturaleza copernicana de este documento. ¿Hace falta o no desplazar el centro de gravedad hacia las entidades federadas? (…) Falso, replicarán ante esto los partidos flamencos, los verdaderos elementos clave no se han transferido a las regiones. Tienen razón. El Estado federal mantiene sus dos pilares. La Seguridad Social está amputada pero su corazón sigue latiendo. Y el control de la capacidad fiscal, esencial para la viabilidad del país, se queda en manos federales. Algunos partidos flamencos no quedarán satisfechos hasta obtener de manos de Bélgica estos dos trofeos y lo dicen sin tapujos".
Para La Libre Belgique, el documento es "sobre todo audaz; si quiere un futuro, este país, empantanado en no-negociaciones desde hace más de un año, requiere audacia".
La prensa flamenca agradece también la valentía de Di Rupo. El formador de Gobierno, explica De Morgen, se ha inspirado en el "drama griego":
"Elio ha regresado [de Grecia] con lágrimas en los ojos, le han calado tanto las historias sobre las radicales medidas de austeridad en Grecia que le ha quedado más claro que nunca que la crisis política en nuestro país debería resolverse lo antes posible".
El diario considera que
“por parte flamenca, se ha sido lo suficientemente astuto como para no torpedear inmediatamente el catálogo, que consiste en su mayoría en proposiciones concretas. Además, eso hubiese sido prácticamente imposible: este documento no es un punto final, sino el punto de partida más amplio que Di Rupo podía articular. Torpedearlo significaría situarse fuera de juego”.
De hecho, De Standaard recalca que
“Di Rupo ha colocado de manera estratégica a De Wever [el líder de la N-VA] ante la decisión más difícil de su carrera política. Está en posición de considerar esa propuesta como insuficiente. Había prometido más ante sus votantes y estos últimos todavía mantienen su apoyo. No obstante, debe plantearse si volverá a presentarse una ocasión mejor que ésta”.
