El BCE opone resistencia

Con la decisión de aumentar el tipo de interés de referencia y de garantizar las obligaciones portuguesas, el Banco Central Europeo se posiciona como contrapeso a las agencias de calificación. Aunque tampoco favorece a los países en crisis, tal y como destaca la prensa europea.

Publicado en 8 julio 2011 a las 13:46

Mientras los editorialistas europeos hacían ayer un llamamiento para que se adoptara una acción concreta contra las agencias de calificación, sospechosas de querer desestabilizar la eurozona, Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) planteaba una respuesta rápida e "inflexible", según apunta Les Echos. Menos de cuarenta y ocho horas después de la brutal degradación de la deuda soberana portuguesa por parte de Moody's, el presidente del BCE, tras la reunión mensual del consejo de gobernadores en Francfort, tomó tres decisiones que son también "señales que envía a los Gobiernos europeos, a las agencias de calificación y a los mercados, en estos tiempos de gran perturbación", explica el diario francés.

Primera decisión:

"Al aumentar el principal tipo de referencia un cuarto de punto por segunda vez desde el inicio del año, hasta llegar al 1,5%, el Banco Central ha demostrado que ante todo se preocupa por el conjunto de la eurozona, donde Alemania sigue mostrando un crecimiento insolente.Por lo tanto, no deja que su política monetaria sea 'tomada como rehén' por la crisis financiera en los países endeudados y periféricos que podrían necesitar un respiro, aunque sólo fuera en los tipos de interés a corto plazo".

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En este caso, la decisión ha sido acogida positivamente por la prensa alemana, sobre todo por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung:

*"El BCE debe permanecer firme en medio de la tormenta y afrontar los peligros de la inflación (...).*El Banco Central no debe centrarse en las debilidades de los países periféricos".

Pero los países del sur lamentan esta misma decisión, tal y como escribe La Vanguardia: :

“La ortodoxia ha dictado, una vez más, su ley en la institución, obviando una mayor laxitud que permitiera echar una mano a la débil recuperación europea (…) es obvio que, a nivel general, debe castigar más a los países con mayor necesidad de endeudamiento, y, por supuesto, a todos aquellos que se hallan más lejos de la recuperación, léase los llamados periféricos, entre los que está España".

La segunda decisión: apoyo a Portugal, atacado por la degradación de Moody's:

"*El anuncio de la suspensión 'inmediata' de los criterios de calificación que permite aceptar la deuda de Portugal, contra sus operaciones de refinanciación.*Esta decisión soberana autoriza a la institución monetaria europea a aceptar todos los títulos de deuda portuguesa, "en garantía", independientemente de su calificación, con lo que se evitará a los bancos portugueses una crisis de liquidez que sería nefasta", explica Le Figaro Economie. "El BCE añade un rescate monetario al rescate presupuestario lanzado por el FMI y la Unión Europea". Se trata de un golpe directo a las agencias de calificación, una crítica "más habitual entre los responsables políticos que entre los gobernadores de los bancos centrales".

Con este apoyo, "Jean-Claude Trichet ha demostrado que desaprobaba la decisión brutal de la agencia Moody's. Además, ataca a la "estructura oligopolista" de las agencias de calificación, cuyo funcionamiento es "procíclico", es decir, que agrava las tendencias", precisa el diario Les Echos.

Y por último, el tercer anuncio: el recordatorio del rechazo categórico al impago griego. "Jean-Claude Trichet ha manifestado claramente que si la deuda griega quedara en suspensión de pagos, ya no aceptaría sus títulos como garantía".

Según el editorialista de Les Echos:

"*[Trichet] descarta así la posibilidad que comenzaba a tomar forma, sobre todo por parte de Berlín: el impago selectivo, tal como debe calificase, desde que la agencia Standard & Poor's planteara la idea.Es decir, la quiebra de Grecia temporal y de extensión limitada.(…) Al imponer este límite, Jean-Claude Trichet cumple su función*y evita un nuevo golpe al sistema bancario del Eurogrupo".

Y el diario concluye:

*"A corto plazo, la ortodoxia del presidente del BCE no le viene bien a nadie.Incluso aumenta la presión en los países con dificultades.Ayer, los tipos irlandés e italiano a 10 años alcanzaban nuevos máximos.*Pero a largo plazo, esperemos que sea el precio a pagar para salir airosos del torbellino actual".

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