¿Sumisión o gran confusión?

Publicado en 12 enero 2015 a las 10:08

El día del salvaje atentado a la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo me encontraba en París. Al día siguiente pude comprar en el aeropuerto la nueva obra publicada por el escritor francés Michel Houellebecq, que lleva por título "Soumission"(Sumisión, todavía sin edición en castellano). Lo que me parecía interesante de su lectura era la circunstancia del momento y el estado de psicosis general que reinaba en ese momento en París y en Francia. Después de lo ocurrido probablemente el libro se venda como rosquillas.

Houellebecq realiza una simulación de una Francia que asiste a unas elecciones presidenciales en algún momento indeterminado del futuro (sobre el año 2020), en las que se impone un candidato musulmán apoyado por los dos partidos políticos tradicionales que se han repartido el sistema político hasta entonces, y que están en vertiginoso descenso desde hace años: el Partido Socialista y el centro-derecha (en este caso representado por la UMP). En el otro extremo y como opción política contraria se sitúa el Frente Nacional. Ante el dilema de apoyar a uno o a otro, tanto socialistas como conservadores se deciden por el candidato de un partido musulmán moderado. Y esto por dos razones de peso: para los conservadores, el apoyo a la familia como base de la sociedad y a otros valores que supuestamente comparten, y para los socialistas, la conservación de un cierto estado social, fundamentado ahora en unas premisas religiosas y en un supuesto "distributivismo" musulmán. Curiosamente, este esquema de división se ha manifestado el domingo 11 en la gran manifestación "de unidad" convocada en París contra el atentado, en la que se ha rechazado la presencia del Frente Nacional. ¿Profecía autocumplida?

El precio a pagar por dicho acuerdo de gobierno es el fin del Estado laico francés, base en sí misma del régimen republicano. Así, la religión, esta vez el islam, vuelve a colonizar la vida pública. Cosa que para el autor no resulta tan mal puesto que en su mirada desapasionada y cínica juzga que lo conseguido a cambio tampoco está tan mal para alimentar sus bajas pasiones sin mermar sus agotadas capacidades intelectuales (pero estos detalles los dejo para la libre interpretación del lector).

La discusión de fondo es el papel y el lugar de los musulmanes en Francia y por extensión en Europa. Una pretendida decadencia de la Europa de raíces cristianas que, según el autor, no da más de sí, y que se renueva con un islam posibilista que determinará el rumbo de Europa. Hipótesis que podría horrorizar a muchos europeos, y a su consideración de los valores laicos y del derecho a la libre expresión y a la libre creencia como la suprema conquista de la civilización occidental.

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Los terroristas que provocaron el terror en París durante tres días eran franceses de origen, por tanto sometidos a sus leyes y a su sistema educativo. Pero con un profundo desarraigo en los valores republicanos y laicos que provocó a la postre un rechazo frontal y una reacción violenta y asesina. Y el fenómeno del desarraigo sí afecta a buena parte de los musulmanes de Francia y de Europa. El desencuentro crea una creciente reacción de rechazo en los europeos hacia los musulmanes, hacia todos los musulmanes, como demuestra el movimiento Pegida, activo en Alemania y que encontrará con toda seguridad émulos en otras partes de Europa.

Houllebecq ha suspendido la presentación oficial de su libro en Francia tras los acontecimientos. La corrección política encontrará en su obra los habituales argumentos basados en la inaceptable generalización de prejuicios, que en este caso afectan a millones de musulmanes en Europa. Muchos de ellos han entonado también el #JeSuisCharlie en Francia y otros lugares de Europa para poner coto a tal amalgama. ¿Pero cuál será la reacción tras este hecho? A pesar de las proclamas públicas y los llamamiento a la unidad, los europeos aumentarán su mirada de recelo hacia los musulmanes, aunque resulte injusto. Algo que probablemente tendrá traducción política en el voto hacia opciones extremas. Y si es así el efecto de retroalimentación buscado por los terroristas se verá coronado por el éxito.

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