Cuando aterrice en Ámsterdam en visita oficial el 8 de abril, Vladimir Putin será recibido con banderas arcoíris, el símbolo de la comunidad gay.
El alcalde de la capital de los Países Bajos ha decidido protestar así contra la política que Rusia mantiene con respecto a los homosexuales, en concreto por una ley que se aprobó a finales de enero en la Duma [el Parlamento ruso] que sanciona todo acto público considerado como "propaganda de la homosexualidad ante menores". Este delito puede suponer una multa de entre 4.000 y 500.000 rublos (de 10 a 12.500 euros).
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