No se puede reprochar a la Unión Europea que haga esfuerzos en su propio seno para comunicar qué hace y cuáles son sus iniciativas. Esta semana, la Comisión ha querido sacar la artillería y ha lanzado un videoclip, Themore,thestronger, para difundir entre los jóvenes las ventajas de la ampliación de la Unión Europea.
En él se ve cómo una joven blanca, que imita a UmaThurmanenKillBill, se enfrenta a tres agresores que responden al perfil de un chino, un indio y un brasileño. Ella se multiplica para rodearlos y apaciguarlos. La joven y sus 11 clones se transforman acto seguido en las estrellas de la bandera europea. El eslogan al final del vídeo reza “The more we are, the stronger we are” [“Cuantos más somos, más fuertes somos”].
El problema es que no tuvieron en cuenta que en Internet no siempre se puede seleccionar al público al que llega el mensaje. Las horas siguientes a que el videoclip se colgase, éste despertó airadas críticas tanto por parte de los internautas como de la prensa. Fue tildado de racista y de sexista, y la Dirección General de Ampliación lo retiró y reconoció su error, además de disculparse.
Reconocer un error es el primer paso para el perdón. Pero tanto en la forma como en el fondo este asunto da mucho que pensar.
Respecto a la forma, ilustra muy bien la dificultad que entraña para la Unión Europea dirigirse a los europeos. Se trata de una ardua labor intentar llegar a quinientos millones de personas que no hablan la misma lengua, ni en el sentido literal ni en el figurado, y que a menudo tienen una opinión comedida sobre las instituciones europeas. De hecho, según el último eurobarómetro, el 31% de los europeos tienen una imagen positiva de la UE, frente al 26% que tienen una imagen negativa.
Sobre el fondo, tal y como subraya Annika Ström Melin en el Dagens Nyheter, el videoclip confirma la tendencia que marcan los dirigentes europeos conforme la crisis económica se agrava: achacan la causa de sus males a enemigos exteriores. “Una manera clásica, y peligrosa, de consolidar una comunidad es atribuyendo el origen de sus problemas a otras”, escribe ella. “Es cierto que Europa está expuesta a la competencia mundial, con China a la cabeza. Pero la Unión ganaría mucho más si permaneciese unida, sacando provecho del mercado único y hablando con una sola voz”.
Y eso es precisamente lo que no hace. La ausencia de pedagogía o incluso la hostilidad de la que han hecho gala los Gobiernos ante la adhesión de nuevos Estados a la UE, y las divisiones que han mostrado con respecto a la crisis, hacen pensar que serían más bien ellos los destinatarios de un mensaje que incite a una mayor unidad y apertura.