Motivos esperanzadores

Publicado en 9 mayo 2013 a las 08:25

¿Existe aún algún motivo para alegrarse el día de la fiesta de Europa y del aniversario de la declaración de Schuman, considerada el acto fundador de la Unión? La verdad es que no, dirán ustedes.
Lo cierto es que Europa no puede ir peor: castigada por la crisis económica e institucional más grave desde la posguerra; dividida entre un Norte virtuoso al que se le agota la solidaridad y un Sur rezagado; bloqueada en su integración por los vetos cruzados de países miembros celosos de su soberanía; zarandeada por todos lados por la tentación del repliegue de unos y del enfrentamiento de otros; víctima del desafecto y la pasividad de los ciudadanos. En resumen, en opinión de sus más férreos adversarios, su explosión ya es sólo cuestión de tiempo.
Sin embargo, hay motivos para creer que Europa ya ha tocado fondo y que está en vías de recuperación. Es cierto que los signos son débiles y que hace falta una buena lupa y una cierta dosis de optimismo para percibirlos. Pero están ahí.
La Unión bancaria, indispensable para evitar otra crisis de la deuda soberana, parece más cercana, desde que el 7 de mayo Alemania la calificara de “proyecto prioritario” y expresara su deseo de que se adopte “rápidamente”.
La situación del euro, por el que no se apostaba hace sólo seis meses, es mejor y ahora parece estar claro que nadie en Europa desea que desaparezca, empezando por Berlín. Por otro lado, los países de la eurozona parecen haber comprendido que no pueden seguir compartiendo la misma moneda sin coordinar su política económica.
En cuanto a la reactivación, Berlín, de nuevo esta capital, parece haberse concienciado de que no le interesa tener socios diligentes pero sin fuerza y comienza a flexibilizar su posición con respecto a las políticas de rigor presupuestario, después de que hiciera lo mismo Bruselas tras las continuas presiones de París, de Madrid y del nuevo Gobierno italiano.
Es cierto que aún no hemos salido del túnel pero ahora se percibe luz al final. Y no es la de los faros de un tren.

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