“Un juicio político”, titula Gazeta Wyborcza el día después de que un tribunal ucraniano condenara a la ex primera ministra Yulia Timoshenko a siete años de prisión por presunto abuso de poder por un acuerdo de gas firmado con Rusia en 2009. También le impuso una multa de más de 142 millones de euros y le prohibió participar en la vida política durante los tres años posteriores a la entrada en vigor de la sentencia.
Para Gazeta Wyborcza, esta es una clara demostración de que Ucrania ha vuelto a adoptar una política autoritaria. “¿Quién llamó al presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, ‘el último dictador europeo’? Los optimistas. Otro está naciendo en Ucrania, tan solo siete años después de la colorida y pacífica revolución tan aclamada mundialmente”, señala el editorial del diario de Varsovia, haciendo alusión a la Revolución Naranja que desencadenó un cambio democrático y enfrentó a Timoshenko y Yanukovich.
Konstantin Bondarenko, director del Instituto de Política de Ucrania en Kiev especula en Rzeczpospolita que Timoshenko podría ser puesta en libertad si el Parlamento de Kiev propone enmiendas al código penal que despenalicen los artículos a través de los que se ha condenado a la ex primera ministra.
Este veredicto - duramente criticado en Europa – podría ser un gran obstáculo para la firma y ratificación del acuerdo de asociación y libre comercio que Bruselas y Kiev esperaban rubricar a finales de este año. Según The Guardian, “con Ucrania como co-anfitriona de la Eurocopa 2012, la sentencia a prisión de la ex primera ministra Timoshenko expone a Kiev a la presión de la UE.”