Veintidós años después de la revolución de 1989, "la policía va a investigar a los comunistas", anuncia SME. El Partido Comunista de Eslovaquia (KSS), creado en 1992 y sucesor ideológico del Partido Comunista Checoslovaco, ha negado abiertamente los crímenes ligados al régimen comunista, algo que está prohibido por ley desde hace dos meses. "Como no hay culpabilidad colectiva, no hay crímenes comunistas" se puede leer en el sitio web del KSS. El diario de Bratislava dice que la nueva ley podría permitir disolver el partido, pero también recuerda que ninguno de los altos dirigentes comunistas -ni Vasil Bilak, que firmó la aceptación de la entrada de los ejércitos al Pacto de Varsovia en 1968, ni el jefe de la seguridad del Estado Alojz Lorenc- ha sido juzgado. SME es, a pesar de todo, escéptico y considera que "la justicia está todavía dirigida por los (ex)miembros de ese partido que organizó el terrorismo de Estado". En las elecciones de 2010, el KSS obtuvo el 0,83% de los votos.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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