Después de la Facción del Ejército Rojo (RAF), ¿una "facción armada negra" persigue a Alemania, como titula Der Spiegel? Después de la explosión de una casa en la ciudad de Zwickau, la semana pasada, el país descubre la existencia de un "Nationalsozialistischer Untergrund", un grupúsculo neo-nazi que sería el responsable de la muerte de 9 inmigrantes turcos y griegos y de un policía, de un atentado en Colonia en 2004 y de decenas de atracos a bancos.
Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt, muertos la semana pasada tras un atraco fallido, y Beate Z., que se ha entregado a la policía, habrían actuado durante 14 años sin que las autoridades se dieran cuenta. En un DVD encontrado este fin de semana, afirman que "mientras no haya cambios fundamentales en la política, la prensa y la libertad de expresión, las actividades continuarán". La prensa alemana ve como se juntan "todas las piezas de un puzle que -de golpe- cobra sentido".
Tageszeitung, el diario de la izquierda alternativa creado en 1979 en reacción a la ola de asesinatos de la RAF, sostiene la tesis de que los servicios secretos han dejado hacer y condena un "fracaso del Estado".
No queremos ni imaginarnos eso: terrorismo nazi permitido por el Estado, en Alemania, seis décadas después del fin de la dictadura nacionalsocialista.
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Por otra parte, el Süddeutsche Zeitung recuerda que las autoridades habían excluido los motivos racistas en los crímenes de estos últimos años.
Durante décadas, las cosas estaban así en Alemania: los extremistas de izquierda eran inteligentes y peligrosos, los extremistas de derecha débiles y por lo tanto inofensivos.
El Frankfurter Allgemeine Zeitung se pregunta si Berlín ha cometido el error de tratar el terrorismo de derecha "como un asunto provincial y estúpido frente al terrorismo islamista", y se interroga sobre la importancia y el significado de este grupúsculo.
Compararlo con la Facción del Ejército Rojo hace al mismo tiempo minimizar y exagerar su gravedad. Minimizar, por que la RAF nunca llegó a operar sin ser reconocida. Exagerar, porque nadie podía percibir este supuesto terrorismo de la extrema derecha como tal, porque además de los actos, la reivindicación pública forma parte del terrorismo. Y esto es lo que le faltaba a la 'célula Zwickau'.