“Las dudas sobre la construcción de Borssele II aumentan”, anuncia el NRC Handelsblad, con motivo de la decisión de la empresa Delta de posponer la construcción de la segunda central nuclear del país, debido principalmente a las reticencias para aventurarse en este proyecto de los dos socios, la alemana RWE y la francesa EDF. Sin ellos, Delta tendría dificultades para poder afrontar los gastos de construcción, valorados en unos 4.500 millones de euros.
En un editorial, el NRC insta al Gobierno a encontrar “otras vías para alcanzar la necesaria diversificación energética, y eso, evidentemente, en la medida de lo posible a través de una cooperación europea. [...] Resulta difícil imaginar cómo puede llevarse a cabo de manera que no perjudique al medioambiente y, al mismo tiempo, sin recurrir a la energía nuclear”. En cambio, en una carta abierta, 69 profesores defienden su postura contra la central, que sería “superflua, muy cara, no rentable y no sostenible”.