Según informa La Repubblica, el día del arranque de la Cumbre de la FAO sobre seguridad alimentaria, los titulares no recogen la lucha global contre el hambre, sino "las rarezas de Muammar Gaddafi". En un año en el que las cumbres han transcurrido sin pena ni gloria, la de la FAO está demostrando que no será una excepción. De hecho, en los documentos de esta cumbre se establecen objetivos tan imprecisos como erradicar el hambre "lo antes posible". Las ONG han reaccionado airadamente. Un portavoz de ActionAid comentaba: "Es indignante que no se hayan establecido fondos debidamente. En un contexto así, las promesas de erradicación del hambre antes de 2025 son absurdas".
La cumbre privada que ha celebrado Gaddafi en la residencia del embajador libio ha sido mucho más interesante: el coronel solicitó nada menos que 200 azafatas contratadas a través de una agencia, "bien vestidas, pero sin escotes pronunciados", a quienes obsequió con un Corán en italiano y la oferta de pagar el peregrinaje a la Meca en caso de que aceptaran convertirse al islam.