"Bruselas activa la asfixia de Irán", escribe El Mundo, tras la decisión de la UE el 23 de enero de poner en marcha un embargo sobre el petróleo de origen iraní. De acuerdo al diario madrileño, este " entrará en vigor en julio para que España, Italia y Grecia busquen suministros alternativos":
La estrategia finalmente adoptada parece por tanto un acuerdo a medio camino entre la presión de Grecia para retrasar todo lo posible las sanciones y la posición de Reino Unido, Francia y Alemania, los tres grandes de la UE, que apostaban porque el embargo entrase en vigor no más tarde de mayo.
Siendo Irán el principal suministrador de crudo de Grecia, El Mundo considera que la UE persigue una "razonable" moratoria para evitar que esta decisión se convierta en un "arma de doble filo que complique la maltrecha economía del Viejo Continente". Para el diario se trata de una "sanción sin precedentes", que congelará el suministro de los 450.000 barriles de crudo diarios que Irán exporta a la UE (18% del total de sus exportaciones):
El problema es que la presión económica de la UE puede no ser suficiente mientras Turquía y las principales potencias comerciales de Asia -China, Japón, Corea del Sur- se nieguen a aplicar algún tipo de embargo o sanción. Lo mismo ocurre con Rusia, donde su presidente, Dimitri Medvedev, ha dejado claro a los líderes de la Unión que su país no tiene ningún problema diplomático con Irán
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