En Irlanda todas las formas de aborto son ilegales y (en teoría) están penadas por la ley. Durante la amarga campaña de Lisboa de este año, gran parte de la derecha católica sostuvo que una mayor integración europea conduciría a su legalización. Quizá estos temores estén a punto de confirmarse con el artículo de portada del Irish Times de hoy, en el que se informa de que tres mujeres irlandesas están pidiendo al Estado que rinda cuentas ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Las mujeres alegan que pusieron en riesgo su salud al verse obligadas a viajar al extranjero (por ejemplo, a Gran Bretaña) para abortar. Una de las principales líneas de investigación, según el diario dublinés, “se centrará en si la ley contra el aborto viola un artículo clave del Convenio Europeo de los Derechos Humanos.” Como signatario del Convenio Europeo de los Derechos Humanos (ahora incorporado en la ley irlandesa), el gobierno está obligado a desarrollar cualesquiera de las decisiones que tomen los tribunales.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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