Por un lado, un Estado hundido en la corrupción e incapaz de pagar sus deudas, por el otro, las multinacionales que sacaron provecho sobornando a los políticos durante años: Grecia y la empresa alemana Siemens están a punto de cerrar un compromiso jurídico "que pretende terminar con el pasado y abrirá una nueva vía a inversiones ‘limpias’ en el futuro", recoge el Süddeutsche Zeitung.
De hecho, al igual que Siemens otras empresas como Daimler, MAN o Ferrostal, agasajaron generosamente durante años a los responsables griegos para conseguir contratos muy jugosos, como la modernización de la red telefónica helena, el sistema de seguridad para los Juegos Olímpicos de 2004 o la entrega de submarinos, apoyando de paso el sistema corrupto que amenaza actualmente con hundir a Atenas. El Estado griego, incapaz de pagar sus facturas, debe 150 millones de euros a Siemens. Según el acuerdo, la empresa renunciará a 80 millones de euros y a pagar indemnizaciones, pero podrá participar en otros proyectos por un importe de 170 millones de euros, como el de la ampliación del metro de Atenas.
Se trata del último compromiso jurídico en discusión con países en los que la empresa actuó ilegalmente, concretamente en Argentina y Estados Unidos. Se cree que este acuerdo, llamado "pacto de integridad" por parte griega y de "autopurificación" por los alemanes, se convertirá en el modelo de las futuras inversiones en Grecia, un "socio de confianza" a partir de ahora, señala el diario.