La economía holandesa ya no es lo que era. El 1 de marzo, el Centraal Plan Bureau (el CPB, la oficina estatal que analiza la política económica) publicó sus previsiones: en 2013, el déficit presupuestario llegará al 4,5 % del PIB y el crecimiento no superará el 1%. Para poder respetar las normas presupuestarias europeas (no sobrepasar el 3% de déficit), al Gobierno no le quedará otra opción que encontrar 9.000 millones de euros más, además de los 18.000 millones de recortes presupuestarios ya previstos.
Esta mala noticia pone más presión sobre la coalición formada por el partido liberal VVD y el partido cristianodemócrata CDA que cuenta con el apoyo externo del partido populista y anti-europeo PVV, dado que éste último ya ha manifestado que no quiere seguir la línea impuesta por Bruselas. Por tanto, tal y como titula el Volkskrant, al Gobierno le espera “una labor infernal”.
“El Gobierno se encuentra atado con dos correas”, señala por su parte el NRC Handelsblad, la de “la perspectiva europea” y la de “la perspectiva económica”. Ambas dejan escaso margen de maniobra. El diario añade que la actitud particularmente dura manifestada por “el Gobierno y, especialmente, el ministro de Finanzas Jan Kees de Jager (CDA)”, frente a los países más endeudados de la zona euro les sitúa ahora en una posición delicada, dado que:
Apenas quedan otras alternativas que la de tomar ahora la medicina que ellos han recetado a otros países. […] Cabe esperar que el Este demuestre muy poca comprensión y el Sur experimentará una malévola alegría.
Los Países Bajos tampoco podrán contar con la compresión de la Comisión. Siempre han apoyado al comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en su papel de “severo maestro de escuela” y se han mostrado inflexibles respecto a los criterios de estabilidad, según señala por su parte el Volkskrant, y eso, aunque otros países estén en la misma situación:
Madrid se enfrenta a un déficit de un 8,5 % que deberá reducirse el año que viene a un 3% o menos. Hace semanas que el presidente español, Mariano Rajoy, trata de conseguir más tiempo en Bruselas para consolidar las finanzas públicas.
En definitiva, el columnista Rob de Wijk subraya en Trouw que ya es hora de que los Países Bajos dejen de dar lecciones a los “países del ajo”, como se denomina allí a los Estados del sur de Europa, puesto que:
De todos los países europeos ricos, los Países Bajos son los que están en peor situación. La recesión es aquí tan fuerte como en los países del ajo, a los que no cesamos de repetir incesantemente y de manera altiva que hagan inventario.