Tenía 77 años, estaba jubilado y se ha suicidado de forma espectacular en la plaza más importante de Atenas. Para Ta Nea, al pegarse un tiro en la sien ante los transeúntes, Dimitris Christoulas ha lanzado “un mensaje de desesperación a través de un suicidio público”. Conmocionados por lo ocurrido, muchos atenienses se han congregado en señal de duelo para manifestar su apoyo a lo que consideran un acto político de protesta contra la política de austeridad impuesta por la troika UE-FMI-BCE.
El periódico se niega, no obstante, a darle cualquier cariz político y publica en primera página una caricatura de un hombre a punto de suicidarse con el diálogo siguiente:
"¡No lo aguanto! -¿Qué es lo que no aguantas, abuelete? – ¡Ver lo que vais a decir de lo que voy a hacer!"
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Por su parte, por el contrario, el editorialista de To Ethnos Georges Delastik, considera que
este hombre no está loco, sino que ha decidido poner fin a sus días a los 77 años para asegurarse un final decente y no acabar muriéndose de hambre. No se trata de un suicidio sino de un asesinato. Así lo indica en una carta donde describe la dictadura impuesta a su país que lo ha degollado. Hoy en día los jubilados se ven obligados a mendigar y a rebuscar en la basura…