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"Saab Automobile deberá de ahora en adelante aprender a volar con sus propias alas", titula el periódico Dagens Nyheter. El constructor sueco (que no debe de confundirse con el grupo aeronáutico y de defensa que lleva el mismo nombre) acaba de ser cedido por General Motors al grupo holandés Spyker, por 52 millones de euros (más de 231,5 millones de euros en acciones de preferencia). Aunque Saab, que cuenta con 3.400 empleados en el mundo, fue liquidada el 8 de enero, su presidente Jan-Åke Jonsson prevé para 2012 un volumen de ventas positivas. La holandesa Spyker, fundada en 2003, fabrica 40 coches deportivos de lujo al año (Saab vendió 93.000 en 2008) y la empresa ha sido objeto de “escándalos, malos resultados y conflictos en el seno de la dirección”, explica Trouw. Paralelamente, la Comisión Europea debe decidir sobre el préstamo de 400 millones de euros solicitados por Saab al Banco Europeo de Inversiones, préstamo para el cual el Estado sueco ha ofrecido una garantía estatal. De Volkskrant advierte que el asunto no está aún cerrado y que si la fusión “Saab-Spyker cae, la factura tendrá que ser pagada por los contribuyentes suecos".
