''Por los pelos”, suspiraTageszeitung, sin ocultar su satisfacción por el rechazo del “espionaje de las transferencias bancarias” por parte de las autoridades estadounidenses votado por los eurodiputados el pasado 11 de febrero. Los norteamericanos ya no podrán acceder a partir de ahora a los datos bancarios de los ciudadanos europeos para luchar contra el terrorismo. La manzana de la discordia se llama Swift, nombre del servidor donde quedan registrados los datos. El Parlamento anula de este modo un acuerdo firmado a finales de noviembre por los ministros de Interior, poco antes de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que otorga a los parlamentarios la competencia en este terreno. El periódico berlinés estima que sin esta reacción del Parlamento, los gobiernos “habrían podido concluir que el secretismo, la intimidación y el aplazamiento deliberado son estrategias que dan resultado”. Tradicionalmente sensible a las libertades públicas y a la protección de los datos, el TAZ celebra la perspectiva de unas negociaciones “de igual a igual” entre la UE y Estados Unidos sobre los valores de “libertad o seguridad”. El Spiegel Online, por su parte, estima que este voto será una fuente de tensiones transatlánticas y subraya que los estadounidenses podrán negociar el intercambio de estos datos a nivel bilateral.
Live | IA, medios de comunicación y democracia: ¿una ecuación imposible?
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