La declaración de François Hollande - que no excluye una intervención armada en Siria - y la reacción hostil de Alemania, muestran a la perfección que en el momento en el que París evoca una tal posibilidad, Berlín prefiere cerrar los ojos, estima Süddeutsche Zeitung, separando un poco más a ambas capitales :
Si hacía falta otra prueba de que Alemania y Francia no están divididas únicamente por la moneda única, François Hollande la ha dado [...].O bien el nuevo presidente francés es muy ingenuo, o muy calculador. Es ingenuo cuando piensa seriamente que podrá persuadir a Vladimir Putin [el presidente ruso visita París el 1 de junio]. Es calculador, porque para él se trata de un efecto temporal ante de las elecciones legislativa sfrancesas [10 y 17 de junio]. Pero sería en todo caso injusto acusar al Gobierno federal de inactividad.En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos, Alemania pertenece a los países que, desde hace un año, se topan con el muro de defensa erigido por China y Rusia alrededor del régimen sirio.
El ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, sigue una politica destinada a echar al dictador Bachar el Asad del país a través de presiones diplomáticas y sanciones. Las Naciones Unidas tienen la responsabilidad de proteger al régimen sirio. Lo que no contempla necesariamente la opción militar. Allí donde los franceses eligen la vía militar, probablemente demasiado rápido, los alemanes tienen la costumbre de cerrar los ojos. Son capaces de hablar en detalle de todas las consecuencias de una intervención violenta, sin mencionar nunca las de una no intervención.