El 4 de julio el Parlamento Europeo rechazó el polémico Acuerdo Comercial contra la Falsificación (ACTA) por aplastante mayoría, 478 eurodiputados votaron en contra (únicamente 39 se manifestaron a favor y 168 se abstuvieron). “No era la solución acertada para proteger la propiedad intelectual”, declaró el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, tras la votación.
A principios de año, este acuerdo suscitó grandes movilizaciones, primero en las calles de las ciudades polacas y posteriormente por toda Europa, recoge Rzeczpospolita. Quienes protestaban temían que el ACTA otorgase “poder extraterritorial a los proveedores de contenido por Internet y que permitiría que se castigase a los usuarios por compartir música o películas incluso con su círculo más cercano de amigos”. Como consecuencia, Alemania, Holanda, Chipre, Estonia, Letonia, República Checa y Polonia suspendieron la ratificación del ACTA.
Rzeczpospolita subraya que tras haber rechazado el ACTA, todavía existe una posibilidad teórica de que, siempre que el acuerdo se modifique, la Comisión Europea vuelva a remitirlo para que se ratifique. Sin embargo, los eurodiputados ya han advertido de que no consentirán retoques únicamente de apariencia. En 2010 el Parlamento Europeo rechazó el acuerdo SWIFT e instó a que en su renegociación se incluyesen cláusulas que aumentasen la protección de la privacidad de los ciudadanos de la UE.