“El primer tijeretazo” titula el Daily Telegraphla mañana en la que George Osborne, el nuevo ministro de Economía, ha dado a conocer sus planes para recortar el déficit británico en 6.000 millones de libras (unos 7.000 millones de euros). “Los funcionarios de Whitehall y demás burócratas serán de los primeros en notar las repercusiones de los recortes: se acabaron ventajas como, por ejemplo, viajes de tren o avión en primera clase, con vistas a ahorrar al erario 10 millones de libras” publica el diario londinense. También se ha previsto la congelación de la contratación pública, lo que entrañará la destrucción de más de 3.000 puestos de trabajo. De igual manera, han sido objeto de estas medidas las organizaciones no gubernamentales cuasi-autónomas, organismos financiados por el Estado con determinadas facultades, escasa popularidad y elevada proliferación durante la era del Nuevo Laborismo. Se prevé un recorte en este ámbito de 500 millones libras. Asimismo, se aplicará una reducción de hasta 1.000 millones de libras en el presupuesto para asesores y publicidad. En una entrevista radiofónica, Osborne advirtió que anunciará medidas más severas este verano y afirmó que desea “disminuir la envergadura del Estado en paralelo a la asunción de un mayor nivel de responsabilidad por parte de los ciudadanos”. Entretanto, el viceprimer ministro, Nick Clegg, admitió que los recortes generarán una gran controversia y que los ministros están preparados para la ira colectiva. “La era de la abundancia ha llegado a su fin”, declaró.
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