Para Libération, se trata de una “OPA en los suburbios”. Tras un año de dudas, el Gobierno francés acaba de aceptar la constitución de un fondo procedente de Qatar dotado de alrededor de 100 millones de euros para financiar el desarrollo de los barrios “delicados”, es decir, los suburbios de las grandes ciudades francesas.
No se trata de una iniciativa espontánea, recuerda el diario, "ya que fue la Asociación Nacional de Elegidos Locales por la Diversidad (Aned) la que pidió al emirato que invirtiera en los suburbios [...] porque Francia no se ocupa de sus barrios populares”. Pero de este modo, Qatar, que ya es propietario de varios hoteles de lujo y del club de fútbol París Saint-Germain, así como accionista de una gran cantidad de grandes empresas, se implanta poco a poco en el paisaje económico y social francés. Y según Libération esta situación plantea varias cuestiones:
Por mucho que la diplomacia de Qatar se implique en circuitos que definen al mundo moderno, como el de las finanzas, los medios de comunicación de masa, los deportes y el ocio, así como el arte y el saber, no tiene nada de filántropa. Y menos en Francia que en otros países en los que el emirato despliega sus delegaciones y sus inversiones. Por lo tanto, es necesario analizar de cerca el hecho de que Qatar desembarque en los suburbios franceses como sustituto de una República sin medios. ¿Cuáles son las modalidades concretas de esta intervención y cuáles serían las posibles contrapartidas? ¿Cuáles serán las siguientes etapas, desde el momento en el que Francia acepta por primera vez recurrir a un país extranjero para que se encargue de sus obligaciones soberanas? Rezuma un perfume de misterio y de razón de Estado.
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