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“El tráfico de seres humanos es la esclavitud de nuestos días” afirma la comisaria de Asuntos de Interior, Cecilia Malmström. Ella está convencida de ello y ha lanzado una consulta a los Estados miembros para que se aplique el plan de cinco puntos que la Comisión aprobó en junio, según recoge Il Corriere della Sera.
Bruselas sostiene que los beneficios del tráfico de seres humanos en el seno de la UE representan decenas de millones de euros anuales, y ocupa el segundo puesto como fuente de financiación de las organizaciones criminales, justo después de la droga. El 76% de las víctimas son mujeres, generalmente oriundas de Rumanía y Bulgaria, y a las que se obliga a prostituirse. Una cifra que va en aumento porque, tal y como explica Malmström, “la crisis económica ha hecho que las propias víctimas sean aún más débiles”.
La estrategia de la Comisión pretende armonizar en toda la UE tanto las definiciones de tráfico de seres humanos, como las penas y los procedimientos de asistencia a las víctimas. El proceso es complicado, porque existen diferencias culturales y en las normativas en los distintos Estados miembros. Il Corriere recuerda que
en algunos países, como en la Suecia de la comisaria Malmström, pagar por servicios sexuales es un delito (no así ofrecerlos); en otros, como en Países Bajos, los prostíbulos son legales.
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