“No es locura, es una cínica táctica para acabar con nuestro Estado”, señala Gazeta Wyborcza en un editorial después de que Jaroslaw Kaczynski, líder del partido más importante de la oposición en Polonia, Ley y Justicia (PiS), acusase al Gobierno de Donald Tusk de complicidad en un “crimen terrible” y exigió su dimisión en una rueda de prensa convocada el 30 de octubre.
Kaczynski se refería al “escenario explosivo” del accidente aéreo de Smolensk en el que murieron 96 personalidades polacas, incluyendo al presidente Lech Kaczynski [el hermano gemelo de Jaroslaw] el 10 de abril de 2010. El 30 de octubre el diario de Varsovia Rzeczpospolita publicó en portada una teoría sobre la presencia de residuos de TNT y nitroglicerina entre los restos del avión presidencial. Posteriormente ese diario reconoció que había cometido un error, una vez que los fiscales refutaron esas alegaciones, y provocó que Gazeta Wyborcza tildara el asunto de “gran chasco”.
Sin embargo, Kaczynski mantiene su versión de los hechos y esgrime “tener fuente propias” que corroboran que se produjo una explosión. Según un columnista de Gazeta Wyborcza, Miroslaw Czech,
El líder del PiS ha mostrado que frente a un error fácilmente detectable, no se puede comportar de manera racional.
Otro escritor publica en el mismo diario que
Al escuchar con una sonrisa benévola el debate sobre el futuro de Polonia, saltó por los aires como una casa volada con dinamita [de Rzeczpospolita] esa imagen de Jaroslaw Kaczynski que tan meticulosamente habían diseñado desde primavera los expertos en relaciones públicas del partido Ley y Justicia.
El editorial de Gazeta Wyborcza advierte de que Kaczynski quiere “derrocar la democracia polaca”
Ley y Justicia pretende cosechar el odio que ha sembrado a lo largo de los años. [...] Los defensores de la religión de Smolensk ya no ven a Polonia como su propio Estado, sino que quieren tener poder.