La crisis de la deuda que persiste desde hace cuatro años en Grecia y que afecta actualmente a los bancos chipriotas tiene “una consecuencia sorprendente”, destaca Eesti Ekspress: “los rusos que residen en Chipre temen dejar sus ahorros en la isla y por ello los trasladan a Estonia”. El diario explica que
Desde comienzos de año, los depósitos bancarios han aumentado un 11,2% en general. Los de los estonios han registrado un aumento del 7,8% y los de los extranjeros, un 28,2%. Los depósitos de las empresas extranjeras se han incrementado un 34%. Los bancos estonios agradecen esta situación, ya que de este modo son menos dependientes de sus entidades matrices en los países del norte [escandinavos].
Los rusos “tienen miedo de que el euro se sustituya por el dracma […], una moneda menos segura”, cuenta al diario Aivar Rehe, director ejecutivo de Sampo Pank. Según el diario, si, tal y como parece que sucederá, Chipre solicita la ayuda financiera a la UE, se plantearía un problema moral, ya que una parte importante de esta ayuda destinada a los bancos chipriotas, tan expuestos a Grecia, serviría para garantizar los depósitos de los rusos ricos.