Un británico y un francés murieron en el ataque de un grupo islamista a una remota planta de gas operada por BP, Statoil y Sonatrach, en Argelia, y secuestraron a 41 occidentales y asiáticos. La acción, en apariencia una venganza tras la intervención francesa contra islamistas en la vecina Malí, ha levantado los temores sobre una guerra contra Occidente en los desiertos del norte de África.
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