El 25 de enero, el Parlamento polaco (Sejm) rechazó tres propuestas de ley sobre la unión civil (dos presentadas por la oposición y una por la gobernante Plataforma Cívica-PO-). De forma sorprendente, y a pesar de los llamamientos del primer ministro, Donald Tusk, para apoyar la propuesta de su partido, 46 diputados del PO, liderados por el ministro de Justicia, Jaroslaw Govin, votaron contra el proyecto, provocando la indignación.
Tras el voto, tanto Donald Tusk como los opositores a las propuestas recibieron más de 400.000 correos electrónicos criticándoles por "prejuicios" y por despreciar "los intereses de miles de polacos que viven en uniones informales".
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