El canciller británico y responsable de Economía, George Osborne, presentó el presupuesto para lo que ha descrito como una "nación con aspiraciones", con ayuda para los compradores de viviendas y de coches, y una reducción de 1 penique en el precio de la pinta de cerveza.
A pesar de que las predicciones sobre el crecimiento se han reducido hasta el 0,6% para 2013, Osborne prometió que los ingresos extra provenientes de la lucha contra la evasión de impuestos, la reforma de las pensiones y los recortes en los salarios de los funcionarios, posibilitarán financiar nuevos proyectos.
También ha anunciado la congelación de los impuestos sobre los carburantes, el aumento de los ingresos mínimos no imponibles hasta 10.000 libras (11.700 euros) y la disminución del 1% en los impuestos a las empresas, hasta el 20%.