El 22 de marzo el fútbol europeo estará marcado por dos encuentros eliminatorios para el mundial de 2014 en los que también existe una gran tensión política, aunque sea por motivos muy distintos.
En Budapest, el partido Hungría-Rumanía se jugará “a puerta cerrada”, tal y como titula el Népszabadság. En su origen está una sanción impuesta por la FIFA tras un encuentro amistoso entre Hungría e Israel, el pasado 15 de agosto, en el que los aficionados húngaros corearon himnos y enarbolaron banderas antisemitas.
La policía estará en estado de alerta máxima durante este partido entre los dos países vecinos, cuyas relaciones atraviesan un periodo tenso debido a la minoría magiar de Rumanía. Los "ultras" y el partido político de extrema derecha Jobbik han organizado conciertos de grupos de skinheads y de "rock nacional" con motivo del encuentro futbolístico.
En Zagreb, las autoridades se preocupan, como siempre ocurre, ante un choque entre Croacia y Serbia. Después del estallido de Yugoslavia, anunciada en 1990 en una algarabía general durante un partido entre el Dinamo de Zagreb y el Estrella Roja de Belgrado, los estadios se han convertido en espacios de enfrentamiento para los seguidores de ambos países. Las tensiones entre Zagreb y Belgrado se reavivaron recientemente debido a que el Tribunal Penal Internacional para la exYugoslavia absolvió al general croata Ante Gotovina.
Mientras el tabloide 24 Sata hace alarde de los colores croatas para animar con un “¡Estemos orgullosos!”, la capital croata se encuentra “en estado de sitio”, señala por su parte el Jutarnji List. Unos 1.500 policías locales se han movilizado por el partido, y cuentan con el apoyo de sus colegas serbios, que disponen de una gran experiencia en la lucha contra los ultras. Como ya han sido sancionados por las instancias internacionales de fútbol debido a la violencia de los seguidores de sus equipos, Croacia y Serbia han acordado que no se organicen desplazamientos de los aficionados, para evitar así que la situación pueda descontrolarse. La policía croata ha advertido de que el partido podría interrumpirse en cualquier momento en caso de que se entonen cánticos nacionalistas contra los serbios. Un hecho que si tiene lugar penalizaría sobre todo a la selección nacional croata, que ocupa la posición de líder (junto a Bélgica) de su grupo de clasificación, recuerda el diario croata.
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