Unos 80 directores de cine europeos exigen en una petición dirigida a la Comisión Europea el 22 de abril que Bruselas excluya el sector audiovisual y el cine de las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio entre Europa y Estados Unidos. Se prevé que dichas negociaciones se inicien este verano.
Encabezados por franceses y belgas, pretenden defender de esta manera “la excepción cultural” que permite limitar el libre comercio de la cultura en el mercado y que los países promuevan sus propias creaciones.
“El mundo del cine acusa a la Comisión de tener únicamente una ‘visión liberal’ de la cultura”, señala el diario Les Echos, que añade que, para los cineastas, “la cultura debe ser la fuente [de unidad] para la Unión en un momento en el que la Europa política está ‘enferma’”.
Esta acusación ha hecho que Bruselas reaccione: el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, ha asegurado en un comunicado que “no se negociará sobre la excepción cultural”. Pero su portavoz ha igualmente precisado que eso no excluye el sector audiovisual de las negociaciones.
El diario económico recuerda que no es la primera vez que el mundo del cine se subleva:
En 1993, con ocasión de la renegociación de los acuerdos del GATT, el antecesor de la OMC, los cineastas no dudaron en fletar un avión a Bruselas para hacer valer sus puntos de vista ante la ofensiva estadounidense, que pretendía ante todo que la cultura se asimilase a una mercancía como las demás. Veinte años después, están dispuestos a repetir esta operación.