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El 24 de abril Suiza decidió extender a todos los ciudadanos de la Unión Europea (salvo a los búlgaros y a los rumanos, que ya estaban sometidos a un período transitorio) el contingente de permisos de trabajo de larga duración durante un año. La medida, que entrará en vigor el 1 de mayo, sigue a la cuota introducida en abril de 2012 para las estancias de trabajo de corta duración de los ciudadanos de la UE-8, es decir, los países de Europa del Este que se adhirieron en 2004.
"La UE lamenta" esta decisión, titula Neue Züricher Zeitung. Puesto que, con la extensión de estas restricciones al llamado grupo de la UE-17, Berna asegura aplicar la "cláusula de salvaguardia" prevista por los acuerdos bilaterales firmados con la Unión en 1999. Esta cláusula de salvaguardia se aplicará más allá del umbral de los 53.700 permisos de trabajo permitidos. Sin embargo, añade el diario,
si el Consejo Federal [Gobierno suizo] pretendía rehuir al reproche de discriminación aplicando la cláusula a los 17 países europeos, no ha convencido a Ashton. Porque, al parecer de ésta, [Suiza]continúa haciendo una diferencia entre los Estados miembros, lo que resulta inadmisible.
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Por su parte, Le Temps considera que esta medida "no ofende a la UE". Pero el diario de Ginebra la tilda de "cosmética migratoria", que asegurará puede que Bruselas, pero el pueblo suizo:
Esta decisión se puede vender en Bruselas por tres motivos. Suiza respeta el contrato con la UE. El dispositivo evita la discriminación entre los europeos. No se aplica a las estancias de larga duración, lo que reduce su alcance. [...] Creer que eso tranquilizará a los suizos parece muy inocente. Porque no son estúpidos, verán bien claro que la presión migratoria europea no disminuirá realmente. [...] Los suizos pueden entender, como ya lo han demostrado, que la migración europea, favorecida por buenos motivos con relación a la migración del resto del mundo, nutre la prosperidad del país.
