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Las elecciones municipales del 2 de mayo en Reino Unido mostraron un alarmante giro a favor del Partido por la Independencia del Reino Unido (Ukip), cuya política principal es el compromiso de sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea. Esta formación consiguió alrededor de una cuarta parte de los votos.
Desde la Segunda Guerra Mundial, en Inglaterra no se había producido un aumento repentino del respaldo popular tan grande ante un cuarto partido político y este hecho se ha tildado tanto de “cambio radical” como de “acontecimiento sísmico” en la política británica. Pero el columnista de The Observer Andrew Rawnsley no está tan convencido y ha instado a los analistas que realizan esa lectura a “darse una ducha de agua fría y a relajarse”.
Los resultados electorales del partido, a cuyos votantes el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, tildó de “chiflados, lunáticos y racistas camuflados”, fueron “claramente notables”, “aunque resulta extremadamente prematuro empezar a difundir que esto marca un punto de inflexión histórico”.
Esta votación muestra la exasperación que los electores sienten hacia Europa y la frustración ante todo el sistema político, prosigue el columnista, añadiendo que:
El gran reto de los partidos establecidos es cómo manejar el clima "anti-político" que está promoviendo el Ukip, el resentimiento que sienten muchos votantes porque Gran Bretaña se rige según los intereses de los políticos y de sus amigos y porque se parecen a la elite metropolitana que está plenamente implicada en la crisis económica. [...] El Ukip puede que esté compuesto por excéntricos, gente despreciable y de lo peor, pero los partidos mayoritarios deberían agradecerle en cierta manera esa forma inglesa de protestar. Por toda Europa, la austeridad está instigando la revuelta en contra del sistema político y se aprecia en el aumento de apoyos tanto a la extrema izquierda como a la derecha, partidos como el Frente Nacional de Marine Le Pen, en Francia y el fascista Amanecer Dorado, en Grecia. En comparación, habremos hecho bien si el Ukip se vuelve tan malo como parece.
